En pleno ecuador de la campaña del 26 de mayo, la próxima gran cita electoral, la sensación en Ciudadanos de que pueden dar el sorpaso definitivo al PP en muchos territorios va en aumento. La movilización jugará una vez más un papel clave. Ya lo hizo el 28-A y, en esta ocasión, —especialmente para el bloque del centro derecha— la decisión de los suyos de acudir o no a las urnas puede ser determinante. La formación naranja es consciente de que sus potenciales electores son los más desmovilizados. Albert Rivera dedicó gran parte de la campaña de las generales a hacer un llamamiento expreso a todos los que simpatizan con su proyecto para acudir a las urnas.
Después de una victoria tan clara como la del PSOE, en la izquierda sospechan que sus votantes se relajarán. Temen la desmovilización y esa es la baza que juega el bloque contrario. En todo caso, que un mayor número de votantes del centro derecha acuda a votar facilitaría la suma de ese espectro ideológico, pero lo que en la formación de Rivera ya dan por hecho es que ganarán al PP en algunos territorios.
Madrid, Aragón y Murcia son tres ejemplos. En la Comunidad madrileña, los naranjas sorpasaron a los populares el 28 de abril en número de votos y escaños. Que el grupo dirigido por Ignacio Aguado supere al PP de Isabel Díaz Ayuso «es muy probable», aseguran. El partido de Rivera percibe la debilidad de la candidata del PP y lo está aprovechando en esta campaña. El fichaje de Ángel Garrido, expresidente regional y dirigente de referencia en los últimos años dentro del PP, les asestó un duro golpe del que no se han terminado de recuperar. La suma será lo que determine si Aguado gobierna o no en Madrid. Sobre todo, porque es de los pocos candidatos regionales que ha cerrado las puertas al socialista Ángel Gabilondo, dando por hecho que el entendimiento tendrá que llegar con populares y, en segunda instancia, con Vox.
Más allá de la Asamblea, Ciudadanos tiene los ojos puestos en grandes municipios de la región. En las generales fueron la primera fuerza en bastiones populares del oeste como Boadilla del Monte, Las Rozas y Brunete (en todos hoy el alcalde es del PP). Y no solo eso. En otros como Villaviciosa de Odón, habría prácticamente un empate técnico. En Pozuelo y Majadahonda, aunque podría quedar por delante el PP, necesitaría a Ciudadanos para gobernar.
En el caso de la ciudad de Madrid, el partido naranja está convencido de echar el resto. En las generales, se quedaron a menos de un punto del PP. La candidatura de Begoña Villacís sabe que hay partido. Todas las encuestas dan a Manuela Carmena como ganadora, pero la segunda plaza será fundamental en la aritmética de pactos. La noticia de que Villacís dio a luz este viernes a su tercera hija, en plena campaña, podría también dar un vuelco a la situación. El partido entiende que saldrá reforzada en tanto a que es una «buena noticia» con una imagen de mujer del siglo XXI que cuadra con los valores del partido: madre, embarazada y candidata a la alcaldía.
Aunque por razones evidentes la dirigente naranja suspenderá sus actos en los próximos días, fuentes del partido aseguran que continuará en el foco y encontrarán la manera de que no pierda el hilo de la campaña. El equipo de Villacís también reconoce que la participación y la movilización de los suyos será lo que finalmente incline la balanza de un lado u otro.
Aragón es otra de las comunidades en las que Ciudadanos tiene clara su apuesta. Inés Arrimadas ha sido una de las que más se ha volcado y también lo hará Rivera en la recta final. En las generales, Ciudadanos y PP empataron a tres diputados, aunque los naranjas quedaron por delante con el 20,5% del voto. Además, los de Casado afrontan una campaña sobresaltada a raíz de la polémica sobre los estudios universitarios de su candidato, Luis María Beamonte. Una licenciatura en Derecho que ocultó por el caso Cifuentes y que ahora ha revelado. Las dudas en torno a las titulaciones de la Rey Juan Carlos y el extraño caso del aragonés han levantado ampollas en esta región. Circunstancia que Ciudadanos entiende podrá aprovechar de forma clara. La suma sigue siendo una incógnita: los resultados de ambos bloques estarán muy ajustados.
Murcia es el caso más claro para Ciudadanos: sean primera o segunda fuerza, gobernarán. La suma de la derecha en este caso está clara. Y no solo eso: el crecimiento de los naranjas continúa su ascenso y también están decididos a apostarlo todo para dar el sorpaso a un PP cada vez más desgastado. En este territorio, el votante que en las generales decidió apoyar a Vox tiene mucho que decir. La formación de Santiago Abascal creció de manera exponencial hasta obtener dos diputados (igual que PP y Ciudadanos), a pesar de sacar cinco puntos menos en voto que los populares.
Aun así, en el partido naranja entienden que muchos de esos votantes recularán tras la decepción con Vox, que entró con 24 diputados al Congreso, pero muy por debajo de las expectativas. «Ese voto que era de castigo al PP tiene difícil volver. Era gente que pensaba votar a Ciudadanos y, al final, se decidió por Vox. Ahora puede retomar su idea inicial», explican desde el equipo de Rivera. Por eso, no descartan ser primera fuerza.
En Baleares, el sorpaso de los naranjas a los populares también se da por hecho. Ocurrió en las generales y entienden que volverá a pasar. Eso sí, la suma está descartada: la izquierda obtendrá mejores números en su conjunto.
En Castilla La-Mancha y La Rioja, Ciudadanos tiene todas las papeletas de ser la llave en los dos sentidos. Los números que manejan en el partido de Rivera indican que podrían sumar tanto con PP como con PSOE, y en el caso de los primeros, es probable que sumen solo con los socialistas. Esta es una situación complicada para Rivera tras la fuerte oposición a Pedro Sánchez. La ejecutiva naranja decidió no extender el veto aprobado contra Sánchez sobre el resto de territorios por razones obvias: un veto a nivel autonómico o municipal afectaría a todos los ayuntamientos de España.
Con todo, no es descartable que los de Rivera se encuentren en el brete de tener que decidir si pactan o no con los socialistas. Aunque la percepción que tienen es que si el PSOE suma con Podemos optarán por ese socio como preferente, hay casos como el de Castilla La-Mancha y Extremadura, donde los candidatos socialistas (Emiliano García-Page y Guillermo Fernández Vara) hacen campaña también en clave nacional y de claro apoyo a la unidad de España. Fuentes del partido reconocen que no pueden cerrarse puertas y, en todo caso, emplazan un posible acuerdo a una negociación en la que harían notar el sello naranja.
Castilla y León es otro territorio clave para Ciudadanos. A pesar de que el PSOE salió muy reforzado en las pasadas generales, dan por hecho que habrá suma con el PP. El sorpaso, en cambio, lo ven difícil por las fuertes estructuras que los populares mantienen en este feudo. El objetivo, por eso, cambia en esta comunidad: obtener las máximas alcaldías en pueblos pequeños puede ser determinante y a nivel provincial, Ávila sí podría registrar un cambio. Además del crecimiento de Ciudadanos en esta ciudad, la escisión del PP en la provincia con la creación de un nuevo partido, ha hecho mucho daño al partido de Pablo Casado.
FUENTE: ELCONFIDENCIAL