«Mentiroso, miserable, bodrio, populista…», son solamente un breve muestrario de los epítetos y ataques que Albert Rivera tuvo que escuchar este martes desde su escaño en el Congreso de los Diputados. Invectivas, todas ellas, fruto de dos asuntos de distinta naturaleza aunque con el denominador común de tener a los nacionalistas por medio: el cupo vasco y el adoctrinamiento en las escuelas.

Ataques por el adoctrinamiento

Rivera fue el primer orador en subirse a la tribuna en la sesión plenaria para defender la proposición de Ley de Ciudadanos que pretendía crear una agencia independiente para la Alta Inspección educativa, y que era rechazada por el PSOE, Podemos y los nacionalistas.

La diputada socialista María Luz Martínez Seijo tildaba de «bodrio«la propuesta; el del PDeCAT, Sergi Miquel, acusaba de «mentir» al líder naranja y el de la confluencia catalana de Podemos, Joan Mena, comenzaba enseñándole una tiza, para preguntarles si sabían lo que era, para más adelante calificar de «gorrinos» a los diputados de Ciudadanos. Posteriormente, se negaba a retirar la expresión pese a la petición expresa de la presidenta, Ana Pastor, quien decidía eliminarla finalmente del diario de sesiones.

 El cupo vasco

Horas después, en el último punto del pleno, Albert Rivera y los suyos no corrían mejor suerte durante el breve debate sobre la tramitación de la Ley del Cupo que se hará el jueves en lectura única, al rechazar la mayoría de la cámara la propuesta de Ciudadanos de que no fuera así.

Aitor Esteban cargaba contra los naranjas al mediodía de este martes diciendo que «se notaba que no tenían absolutamente ni idea de lo que están hablando. Es un prejuicio del que han hecho bandera, el de ir en contra del sistema de concierto». Ya durante el debate sobre el procedimiento de lectura única, el nacionalista vasco aseguró que Rivera «tiene un problema con el ordenamiento jurídico ese que dicen que siempre debemos cumplir».

Por su parte, el diputado vasco del PP, Leopoldo Barreda, acusaba con tono paternalista a Rivera de no conocer el Reglamento de la cámara. «Apréndame un poquito, lean ustedes el reglamento» le espetaba entre aplausos de la bancada popular. «Me parece que en cuanto al cumplimiento de la Ley tienen convicciones alternativas depende del día de la semana y eso se llama oportunismo y populismo fiscal y tributario», sentenciaba el representante del PP que finalizaba diciendo que Rivera había intentado «sembrar de modo miserable la duda y la desconfianza entre españoles y sus instituciones para sacar provecho político».

Desde Podemos, Nagua Alba criticaba el procedimiento de urgencia aunque mostraba el respaldo de su grupo al acuerdo en contra de lo defendido por Ciudadanos. Acusaba a los naranjas de no entender lo que es el concierto vasco ni de cuál es su tramitación, y censuraba la «estrechez» del proyecto de Estado que defienden los de Rivera que, a su juicio, tienen «alergia» a la «bilateralidad y multilateralidad» entre administraciones.

 

 

 

 

 

FUENTE: LIBERTADDIGITAL