La presidenta en funciones de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, se siente legitimada para liderar la oposición y continuar al frente del PSOE andaluz. La dirigente socialista quiere pilotar los comicios municipales y preparar la recuperación del poder en la comunidad como candidata de su partido a la Junta, por haber ganado las elecciones del pasado 2 de diciembre, aunque “con una victoria insuficiente”. Así lo ha reconocido en su primera comparecencia, tras conocerse los pactos de las derechas para investir presidente del Gobierno andaluz al popular Juan Manuel Moreno. Díaz obvia así la tibieza que desde la dirección nacional de su partido han manifestado hacia su liderazgo tras los resultados electorales, donde no se ha expresado su apoyo claro a que continúe como secretaria general del PSOE-A, al menos tras las elecciones de mayo de este año.

En su intervención, Díaz ha augurado una legislatura inestable y corta y ha buscado dar normalidad al proceso de transición de poder que tendrá lugar a partir de la semana que viene, cuando Moreno sea investido nuevo presidente de la Junta. La dirigente socialista ha reconocido la legitimidad del nuevo Gobierno, surgido de la voluntad del Parlamento, y ha comunicado a su vicepresidente, Manuel Jiménez Barrios, que ponga en marcha un “traspaso de poderes ejemplar”. Díaz, no obstante, ya ha empezado a ejercer como líder de la oposición y ha criticado al nuevo Ejecutivo sustentado gracias a los acuerdos entre PP, Ciudadanos y Vox. “El Gobierno nace como un pato cojo, marcado por la inestabilidad”, ha señalado en referencia a la animadversión que sienten entre sí los de Albert Rivera y la extrema derecha.

“Me volveré a presentar como candidata. Es mi voluntad y también es mi responsabilidad. Lo que deseo y lo que debo hacer coincide y eso es lo que me da tranquilidad”, ha asegurado Díaz. El propio secretario general, Pedro Sánchez, habló a principios de esta semana de “fin de ciclo en Andalucía”. Díaz ha pedido a su secretario general que no se confundan las cuestiones orgánicas con las políticas. “No tengo divergencia orgánica con Sánchez, pero cuando haya discrepancias políticas y haya decisiones que afecten a Andalucía, lo diré”, ha señalado.

La secretaria general de los socialistas andaluces esgrime el más de un millón de votos que obtuvo en las elecciones autonómicas y haber sido el partido más votado para seguir al frente de la dirección del partido y no piensa en dirigir ninguna renovación interna, como es el deseo de la dirección general. “Ganar 36 años después tiene una fortaleza enorme y eso lo reconocen en Ferraz”, ha advertido Díaz que ha asegurado que Sánchez sabe de su decisión de continuar al frente del PSOE-A.  «He sentido su cariño en todas sus conversaciones”, ha añadido. La dirigente entiende que tiene la confianza de los militantes, expresada en el último congreso, en el comité director y en las primarias que se desarrollaron semanas antes de los comicios andaluces. “Esa confianza supone una responsabilidad enorme, una responsabilidad que me obliga a volver a ganar las elecciones”, ha subrayado.

Díaz interpreta que va a liderar la oposición “en un momento difícil” marcado por la irrupción de la extrema derecha. La líder del PSOE andaluz ha avanzado que ejercerá un contrapeso al nuevo Gobierno basado en políticas constructivas. “No voy a permitir que se den pasos atrás y estaré vigilante en la defensa de los derechos sociales”, ha indicado.

La todavía presidenta de la Junta augura una legislatura complicada dado el complicado equilibrio de las fuerzas políticas que van a sustentar al nuevo Gobierno. “Es un pacto entre los que no se hablan, no se ven y no se reúnen pero que firman en documentos distintos para desalojar al PSOE del poder”, ha indicado. “Si tienen mayoría parlamentaria tendrán que gestionarla. Nosotros tendremos una minoría mayoritaria que pondremos a disposición de Andalucía para ser el dique de contención de la derecha”.

 

 

FUENTE: ELPAIS