REFLEXIONES SOBRE EL «SUBMARINO AMARILLO» ARGENTINO Y OTROS
Acostumbrados a entrar en colisión cuando se habla, se escribe o se filma sobre nuestras Fuerzas Armadas, me ha extrañado que el hundimiento del anticuado submarino argentino, que desde luego no era amarillo, sino los rostros de los miembros de los gobiernos de aquella gran nación fraterna, no haya provocado en nuestro país polémicas antimilitaristas, entrando en tertulias de indocumentados y tirando cohetes artificiales y criterios con lanzallamas políticos para que arda el escenario de madera y carbón, si bien es cierto que los recortes económicos ponen no el dedo sino las manazas en la herida de la vejez material de los ejércitos de tierra, mar y aire, la escasez de maniobras obligatorias y el detalle de recibir sueldos que no están al nivel del resto de Europa. Es injusto que a un capitán le paguen menos que a un sargento de las policías regionales o municipales.
Desde hace años tenemos desplegados, en al menos siete naciones en guerra o combatiendo a las guerrillas insurrectas y al terrorismo, la flor y nata de nuestras unidades castrenses, todo un alarde polémico y problemático para la seguridad nacional interior. El triste y lamentable hecho de que el único sumergible operativo de la Armada argentina nos recuerda, que así mismo España cuenta con otro, y medio, en reparaciones, patrullando la zona del Estrecho y la mitad del Mediterráneo cuajado de pateras mafiosas dedicadas al tráfico humano y a transportar refugiados a millares. No hay otros, no tenemos más submarinos hasta que sean relevados los que haya con más de treinta años de servicio.
Realmente no se sabe toda, pero toda la verdad sobre la situación castrense.Por otro lado es una paradoja que en este país que presume de «democratitis aguda y libertad», al brazo armado de España, se le obligue drásticamente a permanecer mundo en cualquier momento y circunstancias, y no me refiero a aspectos políticos. Lo extraño es que se les hayan cortado todas las vías de diálogo,hasta las profesionales, y si algún militar de alta graduación opina, solo opinar en temas de vital importancia, son fuertemente sancionados.
No sugiero o sugerimos amplios sectores de la opinión pública que se sumen a clanes mitineros u organizaciones sindicales o políticas, pero sí permitirles, en determinadas ocasiones puntuales, que puedan afectar a la población, opinen. O como mínimo, como en otras instituciones del Estado, como el Poder Judicial comparezcan en ruedas de Prensa o informen dentro de los límites que la prudencia y la seguridad nacional aconseje, bajo la supervisión del Poder Ejecutivo. Nada parecido a la plúmbea Pascua Militar o ésta con otro perfil más moderno y actualizado. Mayor calado y cercano a la sociedad.
Frecuentemente el Gobierno, el presidente y la ministro de turno, comparecen ante los medios de Prensa, para destacar la excelente labor de nuestros soldados en el extranjero, que no son ni muchos ni suficientemente armados con material de última generación, afectados por elevados recortes. Según informaciones fiables, nuestro país cuenta con unos setenta mil militares, hombres y mujeres de los tres ejércitos, escaso potencial humano hasta el punto de que algunos navíos de guerra no llevan la tripulación precisa. El material bélico ni mucho menos está a la altura de otros miembros de la NATO. No es complicado de explicar. Se trata de que solo el 0,6 de los Presupuestos Generales del Estado van destinados a la defensa. Y los servicios de inteligencia andan tan bajos como los de Portugal o Grecia, con gobiernos de la izquierda radical. Es curioso el dato o algo peor, que las policías regionales de Cataluña, País Vasco, Navarra y Galicia en menor grado, sumen un total de de 32.158 agentes y mandos, a las órdenes directas de políticos de ideologías radicales. También en los Ayuntamientos. A las pruebas nos remitimos tras los recientes hechos luctuosos y violencia desatada en Cataluña, y Barcelona con una Policía Local un tanto ambigua bajo el mando de la alcaldesa Colau. Los Mossos d´Esquadra con sus superiores activados por el separatismo y su mayor, Trapero, colaborando estrechamente con Junqueras, el cerebro del supuesto golpe civil.
La radicalidad política y la amenaza que suponen los partidos separatistas y sus colaboradores y afínes, entre los que las CUP son un serio problema de orden público, en otra nación estarían declarados fuera de la Ley, necesitan un tratamiento especial y urgente, máxime, como se ha venido publicando, cuando existen sólidas relaciones subterráneas entre conocidos dirigentes políticos españoles de varias comunidades autónomas con dictaduras que financian al terrorismo internacional y muestran el enorme peligro que amenaza no solo a los españoles sino al resto de Europa y al mundo libre y occidental.
Los observadores y agregados militares en las embajadas que representan a sus Estados en Madrid, comentan, perplejos, que las estructuras del Estado de las Autonomías, necesitan cambios para evitar males mayores previsibles, y entre ellos, los concernientes a las Fuerzas Armadas, que deberían ser coordinadas con el instituto armado de la Guardia Civil de ámbito federal, que ya funcionan en otras naciones. El error de transferir a tres regiones los mandos y unidades policiales ya es un problema de consecuencias imprevisibles. Los diversos gobiernos del Reino de España han ido demasiado lejos. Quizás un día, las Islas Baleares, Valencia, Canarias, Galicia en su totalidad y hasta Murcia bajando el puerto de la Cadena, exijan o monten sus propias policías regionales, cuando los dueños de La Moncloa necesiten apoyos parlamentarios y alcancen el entorchado de la presidencia del Gobierno.»
Cueste lo que cueste se ha de conseguir llegar a Madrid»…. como la letrilla del himno carlista. Retrocedemos al siglo XIX. Pero en las sedes podemitas y separatistas prefieren volver a los años gloriosos de Mahoma, cuando un macho alfa puede tener hasta cuatro esposas, compañeras o amigas. Y hacer la guerra sin cuartel a las naciones sin ejércitos modernos para sobrevivir en paz. De entre todos los estados europeos, posiblemente el español necesite mejorar notablemente. El golpe fallido catalán nos ha aclarado, a la mayoría silenciosa, las ideas. Sin embargo entre la tropa política las ideas no abundan, las buenas, evidentemente.