El congreso extraordinario en el que el PP elegirá al sucesor de Mariano Rajoyse celebrará los días 20 y 21 de julio, cuyo comité organizador estará presidido por Luis de Grandes, persona de su máxima confianza. Se celebrará en Madrid y en esa fecha. Así lo anunció el todavía presidente de la formación en la Junta Directiva Nacional, tras una larguísima ovación con todos los dirigentes en pie. El máximo órgano entre congresos, celebrado este lunes en Madrid, contó con la presencia de en torno a 500 asistentes entre presidentes regionales, provinciales y parlamentarios.

Este congreso exprés, convocado todo lo pronto que los estatutos permiten, determinará el nuevo líder al frente del PP y una nueva ejecutiva. Será el único punto en el orden del día, por lo que no acogerá ninguna otra ponencia ni debates programáticos. Motivo por el cual el congreso durará dos días en vez de tres como suele ser habitual en los ordinarios. Tras asegurar que España no puede estar esperando a que el PP «se enrede en un proceso de ensimismamiento», el aún jefe de los populares llamó a la unidad una vez que termine el cónclave.

Más allá de insistir en las «muestras de cariño y respeto» recibidas en estos días, “las llevaré toda mi vida y trataré de seguir cultivando ese cariño” dijo, Rajoy afirmó que la elección del nuevo presidente supone “escribir una nueva página en la historia de nuestro partido”, algo “tan importante como la labor que el PP ha hecho por España en toda su historia”. El todavía jefe de Génova insistió en que no tomará partido por ninguna candidatura y que cualquiera que decida presentarse no necesita contar con su apoyo. Ratificó que será “prudente” e intervendrá “lo justo” porque debe ser el nuevo líder del PP el que tome las decisiones del futuro. Sobre la sucesión insistió en que él no tiene delfines ni pretende tutelar nada, porque lo único que espera es «un debate de altura» y confía en la responsabilidad de todos ellos para elegir al nuevo líder.

Rajoy reconoció que el nombramiento de su sucesor supondrá “un proceso de renovación” y “puesta a punto” de la formación para afrontar los retos electorales. Elegir al nuevo presidente será “plasmar el renovado compromiso hacia los españoles”, elegir a la persona “que nos va a representar a todos” y que deberá estar “a la vanguardia de la defensa de nuestras ideas”, afirmó. El jefe de los populares recordó que al nuevo presidente se le confiarán “las estrategias políticas y las principales decisiones”, tendría encomendada “la misión de dar continuidad a nuestra historia y hacerla aún más grande y exitosa” y, eso sí, insistió en que el presidente “es decisivo” pero “no es nada sin la militancia”.

Hubo recados para propios y, sobre todo, para ajenos. Insistió en que no debe haber ninguna influencia externa que pretenda decidir sobre el liderazgo y el partido, “tenemos personalidad” y los demás, “lo pinten con los colores que lo pinten”, dijo, “carecen del aval de los españoles”. Arremetió contra Pedro Sánchez por haber llegado al Gobierno apoyado de una amalgama de «socialistas, independentistas… e incluso Bildu» y reivindicó al PP como el gran partido de centro que acoge «a todos los que quieran estar» sin preguntar procedencia.

El expresidente del Gobierno insistió en la idea de que habrá “un nuevo líder” pero “con los mismos principios y vocación de servicio para España”, que no son otros que “rigor, solvencia y seriedad”. El objetivo de los populares, según explicó, tiene que pasar por “llegar en perfecto estado de revista a septiembrepara hacer frente a lo que toca”. 

Igual que hizo el pasado lunes cuando anunció su marcha en la calle Génova, solo tres días después de que prosperara la moción de censura, se volvió a referir a su contundente renuncia a cambiar nada hasta que llegue su sucesor. Insistió en que no planteará relevos en el Grupo Popular del Congreso, lo que significa de facto que la exvicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría no recuperará su antiguo cargo de los tiempos de oposición, quedándose como diputada rasa en el escaño que obtuvo como número dos en la lista por Madrid.

La principal preocupación de Rajoy es que el relevo sea ordenado y pacífico. En las filas del partido, la mayoría de los cargos apuestan por llegar al cónclave con una única candidatura para evitar guerras internas a menos de un año de las elecciones autonómicas y municipales. El nombre que cuenta con todas las papeletas, como publicó este diario, es el presidente gallego Alberto Núñez Feijóo que precisamente llegaba a la cita este lunes acompañado de varios dirigentes entre los que estaba la presidenta del Congreso, Ana Pastor. Aunque no están descartadas por completo otras candidaturas que podrían ser María Dolores de Cospedal y Soraya Saénz de Santamaría.

 

 

 
 
FUENTE: ELCONFIDENCIAL