Las grabaciones del ex comisario Villarejo volvieron a protagonizar ayer portadas en diferentes periódicos. Esta vez, la afectada de esas filtraciones fue María Dolores de Cospedal, por una conversación de su marido, Ignacio López del Hierro, con el policía en la que se hablaba de frenar y poner trabas a futuras investigaciones contra el PP.

La reacción de la ex secretaria general no se hizo esperar. Confirmó que su marido “trató” con el ex comisario, pero desmintió categóricamente que cualquier conversación con Villarejo derivó en la destrucción de documentación por parte del partido. Una tesis que, sin embargo, no convenció a los socialistas.

El PSOE de Castilla-La Mancha aprovechó la ocasión para exigir al nuevo líder regional del PP en la región, Francisco Núñez, que retirara a Cospedal la presidencia honorífica del partido. Una petición que, pese a ser respaldada por Ferraz, no va a ir a más porque, ahora mismo, “ninguno de los dos partidos queremos hacernos daño usando a Villarejo”.
 

Se espera una “traca final” en noviembre”

Así lo asegura al Confidencial Digital un alto cargo del Gobierno, que reconoce la “preocupación”, tanto en el propio Ejecutivo como en el PSOE y en el PP, por el “arsenal Villarejo” que todavía queda por salir. Tal y como se ha informado en estas páginas, el ex comisario tiene material para atacar a todas las instituciones del Estado y a políticos y cargos policiales desde la Transición.

Además, en Moncloa, Ferraz y Génova saben que el policía se guarda una “traca final”, que pretende filtrar a finales de noviembre, cuando se cumpla un año de su ingreso en prisión y cuando están previstas novedades en el juicio contra él: “Su entorno ya ha dejado caer a los medios amigos que, para esas fechas, estén preparados”.

Por todo ello, tanto el Gobierno, como el PSOE y el PP, tienen claro que “cualquiera puede ser el siguiente objetivo de Villarejo” y, por tanto, “hay que estar preparados para lo que viene”. No obstante, añaden las fuentes consultadas, “todos somos conscientes de que no hay que entrar en su juego porque él realiza esas filtraciones para hacernos chantaje a todos”.

Interior, a la espera

Esos movimientos del ex comisario también tienen en vilo a la actual dirección de la Policía Nacional y a la cúpula del Ministerio del Interior: “El problema es que mucha gente del Cuerpo se reunió con Villarejo, y hay miedo a que, ante cualquier nombramiento, salga una grabacióncontra un nuevo comisario o jefe superior”.

Por ese motivo, explican las fuentes consultadas, los relevos en la Policía están siendo tan lentos desde la llegada del nuevo Gobierno: “Se están produciendo el menor número posible de nombramientos, que se acabarán realizando, con el objetivo de evitar más revuelo a nivel interno”.

Estos cargos de Interior recuerdan, en este sentido, que Germán Rodríguez Castiñeira, cesado la semana pasada como comisario de Información, “era amigo íntimo” de Enrique García-Castaño, uno de los comisarios más próximos a Villarejo que también está siendo investigado en la llamada “Operación Tándem”.

Los vínculos de Villarejo con importantes comisarios del Cuerpo son los que están provocando, admiten desde el Ministerio, que se esté yendo “con pies de plomo” en cada nombramiento y en cada cese.
 

 

FUENTE: ELCONFIDENCIALDIGITAL