Ante un Vox cuyo objetivo último es irrumpir con fuerza en el Parlamento, PP y Ciudadanos comparten el propósito de sacar a Pedro Sánchez de la Presidencia del Gobierno y saben que, para ello, tendrán que aunar sus fuerzas tras las elecciones generales. Ahora bien, para sumar la suficiente masa crítica no basta con disputarse el mismo espacio electoral en una dinámica de vasos comunicantes, en la que lo que pierde uno lo saca el otro en un ejercicio final de suma cero, sino ampliar su base social. Al margen de su lucha por la hegemonía del centro-derecha, el PP lo intenta con su llamamiento al voto útil al objeto de que no se pierda ni una sola papeleta en aplicación de la Ley D´Hont. Ciudadanos, por su parte, sigue apelando al votante “cansado” del PSOE, pero también del PP, al tiempo que une el destino de Albert Rivera al de Pablo Casado. Coinciden, además, en calificar de “decisiva” esta campaña, con un 40% de indecisos que esperan alguna señal para terminar de encauzar su voto.

El coordinador de la campaña del PP y vicesecretario de Organización, Javier Maroto, lejos de demonizar el último sondeo de la “factoría Tezanos” prefiere sacar lecciones del mismo. Es más, insiste en que el CIS “corrobora” y “despeja dudas” respecto al que es el eje estratégico con el que los populares se enfrentan a estos comicios, esto es, “que si votamos divididos, Pedro Sánchez se queda”. Alerta respecto al error de aferrarse a la experiencia de lo ocurrido en Andalucía, donde PP, Ciudadanos y Vox sumaron mayoría para descabalgar a la socialista Susana Díaz. “La realidad es tozuda y no se puede extrapolar al conjunto de España”.