Puigdemont está preparando su estrategia. Su objetivo: convocar elecciones –lo hará Torra a partir del 27 de octubre cuando se lo mande su jefe residente en Bruselas– antes de que lo impute un tribunal. Para conseguir este objetivo, Puigdemont quiere protagonizar las efemérides independentistas; fundar su partido Crida Nacional per la República (CNR); forzar las relaciones con el Estado; y tratar de fagocitar a ERC para garantizarse una victoria. El primer frente abierto contra los republicanos es el territorio.

El golpe de mano de los de Torra a los republicanos pretende doblegarlos y conseguir listas únicas en las próximas municipales. Si no lo consiguen, la CNR acusará a los de Oriol Junqueras de «plegarse al autonomismo» e impedir «la unidad de acción, fundamental para conseguir implantar la República». Es decir, Puigdemont acusará a ERC de blandos, de someterse al Estado, de no desobedecer para implantar la República, muy en la línea del escrache que los de ERC sufrieron a primeros de agosto. «Si no desobedecéis, dimitid», les dijeron los CDR allí concentrados. Sin embargo, hasta ahora el gobierno de Torra no ha desobedecido ni una sola vez y sus intentos de forzar la desobediencia en el Parlament han topado con el presidente de la institución, Roger Torrent, de ERC.

En paralelo, Puigdemont ha puesto en marcha una Oferta Pública de Adquisición (OPA) en toda regla contra los cargos municipales republicanos para atraerlos a sus filas. Según fuentes del movimiento nacional de Puigdemont, se da por seguro el fichaje del alcalde de Montblanc, el republicano Josep Andreu i Domingo. Andreu sustituyó como presidente de la Asociación de Municipios por la Independencia al propio Puigdemont cuando fue nombrado presidente de la Generalitat. Es presidente de ERC en Tarragona, hijo del histórico senador Carles Andreu i Abelló y sobrino de Josep Andreu Abelló, dirigente de ERC en la República y en el exilio, que se afilió al PSC, ejerciendo como senador y diputado por este partido.

Desde la Crida Nacional avisan de que «habrá más» sorpresas en forma de adhesiones de dirigentes de ERC a la nueva formación de Carles Puigdemont. A tenor de lo desvelado por el abogado del expresidente fugado, Jaume Alonso Cuevillas, en un acto en Bellcaire del Empordà celebrado este fin de semana junto a Pilar Rahola, el pistoletazo de salida del nuevo curso político lo dará el 4 de septiembre Joaquim Torra en una «conferencia política» y continuará con un discurso de Carles Puigdemont el 11 de septiembre, que marcará la línea a seguir. Alonso Cuevillas no especificó en qué consistirá la conferencia política de Torra, pero trasluce que ese día podría constituirse el movimiento nacional de Puigdemont para arrogarse todo el protagonismo de la «movida independentista en detrimento de ERC» porque «ahora vamos a por todas», es decir, a por la República, aunque nadie del entorno de Puigdemont especifica si se forzarán las costuras con el estado como el pasado año. En todo caso, la estrategia pasa ahora por acabar con la resistencia de ERC con el «otoño caliente» que augura Pilar Rahola, con paro de país incluido el 1-O, coincidiendo con el juicio del «procés» y subiendo el tono de las declaraciones –no de los hechos–para situar a ERC en un dilema: o elecciones o seguir la estrategia de Puigdemont, que quiere total hegemonía en el mundo independentista para afrontar su pulso con el estado. Si ERC no se somete será acusada de «no respetar la voluntad del pueblo».

Rahola, a pesar de desmentir su candidatura a la alcaldía de Barcelona –no desmintió que se la ofreciera el propio Puigdemont–, no renuncia a su protagonismo en el mundo independentista. Por su parte, Alonso Cuevillas suena como otro de los fichajes de Puigdemont para la Crida Nacional. Este fichaje, que se da por hecho, se uniría al del dirigente de la ANC, Joan Canadell, fundador de la patronal Centre Català de Negocis de la que formó parte la actual vicepresidenta del PDeCAT, Miriam Nogueras.

La guerra municipal que ha desatado Puigdemont con el objetivo de desmembrar a ERC y obtener garantías para una victoria electoral, tanto en las municipales como en unas autonómicas adelantadas, tiene una batalla particular en Barcelona. En toda Cataluña la presión a los republicanos se centrará en obtener una lista única del independentismo o desangrar a los republicanos con fichajes como el del alcalde de Montblanc, pero en Barcelona existe el «factor de distorsión» del candidato independiente, el mediático filósofo, Jordi Graupera. Puigdemont trabaja en la capital de Cataluña con especial interés porque «es fundamental para implantar la República». De momento, parece que su candidato es Ferran Mascarell, actual delegado de la Generalitat en Madrid, aunque su núcleo duro sigue sin descartar a Pilar Rahola porque es «una primera espada», y sus primeros pasos se dirigen a absorber a Graupera en esta lista unitaria y así forzar la presión para que Alfred Bosch, el candidato de los republicanos, también doble la rodilla. Hasta ahora Bosch defiende la voz propia de ERC en las municipales de Barcelona.

 

 

FUENTE: LARAZON