Lo que sintomáticamente sólo parecía «un catarro» con algo de fiebre se convirtió en una infección renal que no respondió a los antibióticos

 

José Manuel Maza viajó a Sudamérica la noche del domingo para asistir a una cumbre de la Asociación Iberoamericana de Ministerios Públicos (AIAMP).

Falleció la tarde del sábado 18 de noviembre de 2017, víctima de una infección renal que no pudieron frenar los antibióticos.

El relato que sigue se construye a partir del testimonio de un miembro de la delegación que compartió con él los últimos seis días.

Poco después de tomar tierra, Maza contó a sus compañeros que empezaba a encontrarse mal.

«Habré cogido algo de catarro», dijo, restándole importancia.

El martes le subió la fiebre, pero no influyó en la agenda prevista. El plato fuerte de su segunda jornada en Argentina era la reunión con el Fiscal de Uruguay.

Fue el miércoles cuando, mientras trabajaba en la Asamblea, se excusó y se trasladó a su habitación, según recoge Daniel Ramírez en ElEspañol.

El jueves, lejos de empeorar, José Manuel Maza transmitió que se encontraba «mucho mejor» y pudo cumplir con sus cometidos en la AIAMP.

Al día siguiente, estaba programada una de las reuniones más importantes del viaje: el encuentro con el ministro de Justicia local.

«Yo no puedo, vete tú», le dijo a quien iba a acompañarle.

A partir de ahí, los síntomas no remitieron y el malestar del Fiscal General español se agravó. Tanto, que su pareja, Marta, que también se encontraba en Buenos Aires por motivos de trabajo, le encontró desorientado en la habitación.

El médico que le visitó decidió ingresarlo de urgencia.

En el hospital dieron con el problema que venía desarrollando Maza desde principios de semana: una infección renal que había ido agravándose a marchas forzadas. Hasta el punto de tomar carácter general y poner en peligro su vida.

«No reaccionó a los antibióticos y…», se entrecorta la voz al otro lado del teléfono.

 

 

 

 

FUENTE: PERIODISTADIGITAL