MEMORIAS DE UN OCTOGENARIO SOCARRÓN DESLUMBRADO POR EL TEATRO POLÍTICO

 

Este pasado fin de semana me he reconciliado conmigo, mismamente, y cada día que pasa ando más joven, más fuerte y más sano, me dicen los que no me aman, regalándome los oídos , al ochenta por ciento, aceptando el dicho celiano de Cela de que el que resiste termina ganando, a pesar de mi estenosis lumbar y la resistente C C, la numantina señora Cristina Cifuentes capaz de anteponer su carrera política por encima de los intereses del PP, y quizás del país que pasa por los momentos más delicados de la Democracia, superando al teniente coronel Tejero, brazo ejecutor de  la chapuza militar del 23-F que idearon mentes conocidas y otras por conocer, en las tinieblas de una historia extraña como fue el asesinato del almirante Carrero Blanco, trastocando los planes del general Franco, que enderezó el rey Juan Carlos con la decisiva ayuda de Torcuato Fernández Miranda, y Suárez el inventor del Estado de las  Autonomías que le sopló el catedrático sevillano Arévalo. Una buena idea convertida en disparáte, un globo diecisiete veces pinchado hasta nuestros días por los Valcárceles regionales, unos más que otros. El nuestro, excepcional, caído de bruces a la espera de que Alberto Garre cumpla debidamente corregido. Ha sido la ruta de los elefantes y sus trompas con copas de champán, brindado con sus familiares. El peor nepotísmo desde la Restauración. Entre paréntesis, dos puntos: (Alberto deberá lidiar con cinco Miuras, aunque sea  amigo de los animales. A saber. El régimen establecido escasamente democrático. La cacicada tradicional. Las cincuenta familias que manejan el setenta y dos por ciento del capital empresarial. O patronal. Y el cuarto poder de los medios de Prensa). Tela marinera. Empezarán difamando con leyendas negras falsas. O con el latiguillo o arma blanca de que en MURCIA NO HAY HUECO PARA UN PARTIDO REGIONAL. Naturalmente no les interesa una mosca cojonera para seguir mangoneando a los murcianos y murcianas y a la Comunidad Autónoma peor tratada con Extremadura, Andalucía y Canarias.

 

También me he reconciliado con el diario La Verdad que ha dejado, desde hace meses, de pasar la mano a las autoridades y afines. Este pasado fin de semana venía cuajada de collejillas para despertar la conciencia de una sociedad de filisteos, fariseos y hedonistas sectarios del pesebre oficial.

 

Parece que VOCENTO, la cadena de diarios de la que forma parte el decano de la Prensa murciana, ha derivado a la realidad, que es la venta, la publicidad y el declive de un Rajoy que no es de fiar, como tampoco su sucursal, como esta nuestra, en donde se han cometido tremendos errores voluntarios, desbarajustes y corrupción nunca bien desenmascarados por un cuarto poder informativo halagado por la publicidad institucional y sus empresas colaboradoras inyectadas económicamente sin medida alguna e integradas en la Patronal absoluta.           

 

 

Otra crisis ética que nos ha fustigado porque no siempre hay periodistas o tertulianos de hercúlea honradez, como mi paisano MANOLO ALCÁNTARA, el malagueño de oro, ayer premiado y condecorado con la máxima encomienda que puede recibir un guerrero civil. Lo que no me ha gustado ni un pelo es la salida forzada de DAVID GISTAU, de las páginas de Opinión, altísima calidad, del veterano ABC, que en honor a la verdad está enseñando los incisivos o la puerta de salida al esperpento gallego, como definiría VALLE INCLÁN al compatriota don Mariano de las calzas verdes, atascado en el barrizal madrileño y sus franquicias regionales, en las que la Región murciana ha desempeñado un papel tan inconmensurable, primordial, que es explicado hasta en las universidades, como ejemplo de lo que hay que hacer. LA LÍNEA DE MURCIA IMPUESTA POR PAS, el heredero que se cargó a Garre, en compañía de otros y siguiendo las instrucciones de Génova 13. Suspense y thrillers en las carteleras de las portadas de la prensa nacional y de la Secta TV batiendo récords espectaculares. Había nacido la política ficción en la Europa que se la coge con papel de fumar, como hemos comprobado, perplejos y cabreados. Nos lo merecemos porque es lo que hemos votado. Penitencia, como dice el cura Joaquín. «Mucho pecado, colega».

 

Eso sí, pedimos con humildad de misioneros de descarriados, servidor si que lo hace desde la autocracia venida a menos, heredada  desde hace un año e instalada  en el Palacio de San  Esteban, coronado el bisoño, es conocer todo el entramado oculto de la sanidad, que tiene enormes talentos profesionales pero anda tarada de medios y pagando impuestos excesivos a la privada. De dinero para la Investigación, es para echarse a llorar. Las preguntas claves estarían en los conciertos ¿ cuántos cientos de millones o miles se traga la medicina privada de alta tecnología y las compras farmacéuticas que tal se negocian, todo un pozo sin fondo? Y otra ¿ el agujero negro, las deudas del Servicio Murciano de Salud que arrastramos están en los grandes y medianos hospitales de la Región o en los centros de salud, con un  presupuesto rácano que no pasa del catorce por ciento del total. O poco más? La imagen real y fea la tenemos en ese vetusto monumento que es el Morales Meseguer, tan criticado hace un año por el director médico del mismo, y hoy consejero de Sanidad. Una reliquia que el doctor Villegas y su antecesora en el cargo anunciando que se iba a modernizar.

 

La misma historia que hemos escuchado cientos de veces, desde aquellos aciagos días de la legionella cuyo foco se buscaba hasta en el mismo Malecón y posteriormente se encontró-qué pitorreo nacional-en el edificio de la Consejería de Sanidad que dirigía el infortunado Pancho Marqués, luego premiado con la delegación del Gobierno y finalmente investigado por la Justicia. Ahora el doctor Villegas, un lumbreras de la medicina y sus másteres logrados en la difícil y exigente Universidad Católica, una eminencia gracias a todos los santos. Todo va mejor dicen los responsables, con moral alcoyana. Já, sonríen los médicos de familia, infartados e invadidos hasta por enfermos imaginarios.Pero el que es un indecente culpable de hablar tonterías en una España cabreada, es un tal Andrés Perelló que ha declarado que en la guerra hubo muertos de primera clase.»Este  país será DECENTE cuando cierren las heridas de la guerra civil como reconocimiento a aquellas personas que dieron lo mejor de sus vidas no SOLO AL PARTIDO -se entiende que al PSOE- sino por toda la sociedad». Es recomendable, pero se han abierto no brechas sino tumbas por el terrorismo etarra, los delincuentes del separatismo agresivo y violento, y no hay quienes las cierren. Tampoco se sepulta el sectarismo y el odio que nos llevaron a una guerra civil sino todo lo contrario, a caballo del populismo. Entiendo que los otros muertos habrá que rematarlos porque murieron por fascistas incluso por ser republicanos. He aquí el problema, seguimos divididos y rotos no ya en dos patrias, sino en dieciséis y media autonomías contando con la mitad de Cataluña. A los otros que le vayan dando, que es la doctrina populista que ha contaminado a los nuevos herejes de un socialismo decadente chupando rueda de las prédicas de Pablo Iglesias y el sumo sacerdote podemita, Monedero.

 

 

Termino reconciliándome con mi esposa, mis hijos y nietos. No, no hay residencias para nosotros dos. Hay una lista más infinito. Por dos razones muy serias. Cuatrocientos mil mayores no tienen donde morir en paz. La segunda es que las privadas  que son cantidad te piden de dos mil a tres mil euros, el negocio del siglos a costa de la desidia del poder constituido, de un Parlamento salvaje y unas birrias de partidos siempre actuando en clave electoral, que son sus fiestas y orgías oratorias en esos deprimentes mitines, en la creencia de que la plebe somos unos tontos del pijo. Y votamos, que carajo. Y a ellos. En este caso delirante de las residencias y las pensiones, es el drama de las viudas. De verdad que siento irme al otro barrio desconocido y dejármela sola a expensa de algún hijo generoso.

 

No, no es ésta la Democracia que soñábamos desde minutos después de fallecer el general Franco. En esta tesitura o reformamos la Constitución, reforzamos el Estado del Derecho y del Bienestar y declaramos fuera de la ley a los partidos que atentan contra los Derechos Humanos, que tratan de regalarnos unos paraísos sociales llamados dictaduras o disparan metralla separatista o esto se acaba a la española, no por un riñón sino por dos. Personalmente apuesto por un Pacto de Estado constitucionalista que seguro que sería capaz de volver a los españoles por los caminos de la paz y el bienestar desde la igualdad. Por supuesto, de esto que nos están dando no, me resulta penoso y un peligro, como los que no son capaces de ponerse de acuerdo de una puñetera vez. PSOE, CIUDADANOS Y PP. No quiero hacer una  frase altisonante, pero si no son capaces y no están a la altura de las retorcidas y violentas circunstancias por las que navegamos, a la deriva, serán responsables ante la historia y las futuras generaciones, traicionando al pueblo que les vota generosamente. Lo digo instalado en el escepticísmo, porque sé como funcionan sus pesebres y quienes los manejan, con veinte años de experiencias políticas y analista político. Todo va a cambiar cuando se conozcan los datos de una encuesta sobre el grado de aceptación del Partido Regionalista «SOMOS REGIÓN» que ha echado a volar el ex presidente de la Comunidad Autónoma Alberto Garre, el que supo decirle que no a Valcárcel, basta, realizada este lunes. Un muestreo a cargo de un importante grupo de empresas del sector agrario y exportador. Apunto en una porra. Seis diputados regionales y uno nacional si las elecciones fueran a finales de junio, que pudiera ser si los Presupuestos del Estado quedaran aparcados, y López Miras encajonado entre Cs y PSOE, se vería obligado a convocar elecciones en Murcia. Desolador y no lo conocen ustedes todo, solo la parte que aflora en medios de comunicación alquilados, mercenarios o púnicos, salvo escasas excepciones.- Ite misa est . O las caras de funerales públicos.                                                    

 

 
 

J.J. CANO VERA