El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha realizado este martes una importante remodelación de la cúpula de su departamento, en el que prescindirá de su hasta ahora número dos y del máximo responsable de la Guardia Civil. Fuentes de Interior han confirmado que el ministro ha decidido prescindir de la secretaria de Estado de Seguridad, Ana Botella, y del director general del instituto armado, Félix Azón. También ha cesado a la directora de Comunicación del departamento, Mar Hedo. De momento continúan en sus cargos Francisco Pardo, director general de la Policía; Ángel Luis Ortiz, secretario general de Instituciones Penitenciarias, y la subsecretaria de Interior, Isabel Goicoechea. El nuevo número dos de Interior será otro juez, Rafael Pérez, que actualmente era su jefe de gabinete. Para sustituir a Azón, el ministro baraja el de una mujer, la primera en ocupar este puesto.

 
Cuando llegó al ministerio, en junio de 2018, Marlaska consensuó varios de sus nombramientos con la dirección del PSOE. Las prisas con las que se confeccionó aquel Ejecutivo tras el éxito de la moción de censura contra Rajoy hizo que entonces él solo eligiera a parte de su equipo, mientras que otros le fueron propuestos desde Ferraz. Entre estos últimos nombres estaba, precisamente, el de Ana Botella, que pasó a desempeñar el puesto clave en la coordinación entre la Policía Nacional y la Guardia Civil. Diputada del PSOE en la oposición, es considerada próxima al secretario de organización del partido y ministro de Transportes, José Luis Ábalos. Según fuentes del departamento en su cese han contado los problemas surgidos en la aplicación del acuerdo de equiparación salarial de policías y guardias civiles con los Mossos, o los errores en el despliegue policial para hacer frente a los graves disturbios registrados en Cataluña tras conocerse la sentencia del procés.

Su relevo y el de los otros dos altos cargos se interpretan en gran parte por la pretensión del ministro de hacer, ahora sí, un equipo más a su medida. La sustitución al frente de la Guardia Civil de Félix Azón, magistrado y exvocal del Consejo General del Poder Judicial (al igual que Marlaska), era la más previsible. Llegó al cargo de la mano de Margarita Robles, con la que coincidió en el gobierno de los jueces. Robles, como ministra de Defensa, también tiene compartida las competencias sobre la Guardia Civil con el de Interior. Según apuntaban desde hace días fuentes cercanas al ministro, la salida de Azón ha sido provocada por su gestión, muy contestada desde el seno del propio Instituto armado tanto por las asociaciones de la Guardia Civil como por los mandos, que le recriminaban que la Policía Nacional hubiera ganado peso en Interior a su costa.

Marlaska mantiene por ahora en su puesto a otro hombre del PSOE, Francisco Pardo, quien llegó a la Dirección General de la Policía después de haber ocupado cargos de responsabilidad con su mentor político, José Bono, tanto en el Gobierno de Castilla-La Mancha —donde fue jefe de gabinete, consejero de Presidencia y presidente de las Cortes hasta 2011— como en el Ministerio de Defensa, en el que ocupó la Secretaria de Estado entre 2004 y 2007. Otro cargo que se mantiene es el de Ángel Luis Ortiz como máximo responsable de Prisiones. Ortiz es magistrado y antiguo juez de vigilancia penitenciaria al que Marlaska fichó en 2018 cuando era el director del gabinete jurídico de la entonces alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena.
 
 

FUENTE: ELPAIS