El líder de Podemos, Pablo Iglesias, quedó este martes «tocado» con su moción de censura contra el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, quien supo plantar cara con éxito a la iniciativa de la formación ‘morada’ con una eficaz intervención parlamentaria que debilitó al candidato alternativo.

Este es el análisis que realizaron diputados socialistas consultados sobre el debate de este martes en el Congreso de los Diputados. Así, que Rajoy saliera reforzado de la moción no perjudica al PSOE, sino todo lo contrario, porque demuestra que Podemos no puede ser la alternativa al PP, argumentaron.

El riesgo que presentaba esta moción para los socialistas era polarizar el debate político entre Podemos y el PP, arrinconando al PSOE, sobre todo si Iglesias emergiera de la moción como el líder que puede encarnar la alternativa a Rajoy, lo que no creen que se produjera en esta jornada.

Y aunque Pedro Sánchez no podrá intervenir en el debate porque renunció a su escaño en octubre pasado para no verse obligado a romper la disciplina de voto en la investidura de Rajoy -que salió gracias a la abstención de los socialistas- su discurso este domingo en la clausura del 39 Congreso Federal del PSOE le permitirá tener la proyección que no ha podido aprovechar en este debate.

En cualquier caso, los parlamentarios consultados reconocieron que el hecho de que Sánchez no tenga escaño en el Congreso supone un hándicap que habrá que gestionar. Este martes la única reacción del secretario general al debate tras escuchar la primera intervención de Iglesias fue un tuit en el que afirmó: «España y la izquierda necesitan hoy más que nunca al PSOE».

«Oxígeno» para el PP

El propio portavoz socialista, el valenciano José Luis Ábalos, incidía en el receso del debate en la idea de que la moción para lo único que había servido es para «inyectar oxígeno» al Gobierno de Rajoy, justo en un momento en que parecía más acorralado con el varapalo, por ejemplo, del Tribunal Constitucional a la amnistía fiscal.

Las intervenciones de Montero e Iglesias, opinaron en el PSOE, estuvieron lejos de haber sido brillantes. Además de demasiado largas, los socialistas criticaron que en ocasiones presentaban ideas inconexas y, en el caso de Montero, centradas exclusivamente en los casos de corrupción, cuando las críticas a la gestión del PP «dan para mucho más».

No obstante, algunos socialistas admitieron que Montero fue «más efectiva» que Iglesias, sobre todo cuando citó uno a uno los casos de corrupción que salpican al PP. Sin embargo, consideraron que este discurso cayó cuando la propia Montero se remontó a 2009 para marcar el inicio de esos casos que se investigan y se juzgan en la actualidad, porque dejó en evidencia que la prioridad de Podemos sea impedir que gobierne el PP.

Sólo con que Podemos se hubiera abstenido, sostienen en el PSOE, Pedro Sánchez habría podido liderar un Gobierno del cambio cuando se presentó a la investidura en marzo de 2016. Pero entonces, como también ahora, subrayan los socialistas, el verdadero objetivo de Podemos era el ‘sorpasso’, es decir erigirse en el partido hegemónico de la izquierda.

Sólo 15 votos a favor

En la segunda jornada, tanto Mariano Rajoy como cualquier de sus ministros podrán intervenir en el debate cuando lo crea oportuno. En todo caso, siempre que lo haga, el candidato tendrá derecho a responder.

Una vez debatida la moción, se procederá a su votación, que será pública y por llamamiento, es decir, cada diputado deberá anunciar de viva voz el sentido de su voto.

Para que la moción de censura salga adelante, el candidato necesita reunir la mayoría absoluta de la Cámara: 176 votos. De momento, Unidos Podemos sólo tiene asegurado el apoyo de su socio electoral de Compromís (cuatro diputados) y el de los independentistas de Esquerra y de Bildu, lo que elevaría a 82 los votos favorables, muy lejos del mínimo necesario para que la moción de censura tenga éxito.

FUENTE: VALENCIAPLAZA.