Pasean Antonio y María con su bebé en su carrito por la esquina del Retiro que da a la puerta de Alcalá. Hace una mañana agradable, fría pero soleada. Van relajados hasta que varios chavales se les cruzan a toda velocidad con sus patinetes. María tuerce el gesto y parece no escuchar lo que le está contando Antonio. Entonces ambos deben esquivar otro patinete que está aparcado en medio de la zona peatonal. No es una gran molestia, la acera es inmensa, pero Antonio se suma al mal humor de su mujer.

«Los dejan tirados de mala manera», explica él a ELMUNDO. María asiente y aprovecha para añadir que le «molesta más que vayan por las aceras a toda leche» y Antonio completa,«respetan poco la circulación y las personas». Se alejan de la zona con el día un poco más nublado.

La llegada de los patinetes a Madrid en verano de este año ha generado cierto malestar entre los viandantes, especialmente del centro de Madrid. Son precisamente quejas como las de este matrimonio: aparcamiento y movilidad, las que el Ayuntamiento cree haber resuelto con la Ordenanza de Movilidad Sostenible que entró en vigor el pasado 24 de octubre.

En el texto se recoge que estos «Vehículos de Movilidad Urbana» tipo A y B, según la Dirección General de Tráfico, deberán circular por las ciclocalles, carriles bici o calles de 30 kilómetros hora como velocidad máxima. Cosa que, muchas veces no se cumple.

La Policía Municipal de Madrid ha registrado, desde el pasado mes junio, 22 accidentes con estos vehículos. De esos 22, ocho fueron atropellos a peatones en las aceras de las calles de Madrid y el resto, percances donde resultaron heridos los conductores de los artilugios. Como consecuencia de ello se han producido 16 heridos de carácter leve y dos graves, uno de ellos un menor de siete años ayer en el parque de El Retiro. En al menos cinco casos, la Policía Municipal realizó el correspondiente atestado.

El accidente más grave ocurrió la noche del pasado miércoles en la calle de Infanta Mercedes. Un joven de 18 años resultó herido al colisionar su patinete con un vehículo cuando circulaba por la calle, en una zona donde no hay ni carril bus ni para bicicletas. La víctima fue trasladada al Hospital de La Paz con policontusiones, según fuentes de Emergencias Madrid.

La base de datos de la Policía Municipal está en estos momentos actualizándose con arreglo a la nueve normativa de la Ordenanza de Movilidad y se especificará a partir de ahora los accidentes de patinetes eléctricos, triciclos y segway (vehículo ligero de dos ruedas con autobalanceo). Fuentes policiales esperan que se reduzca el número de atropellos debido a que ya no se les permite ir por las aceras ,aunque temen que aumenten los incidentes en los carriles habilitadospara este tipo de vehículos.

El aparcamiento es cuestión igualmente polémica. Aunque disponen, según la ordenanza, de espacios reservados;también se les permite aparcar en aceras siempre que dejen tres metros de espacio libre. Hay una excepción y es que sean de especial protección, lo que prohíbe totalmente su estacionamiento.

Según Carlos H., trabajador de Lime, «el 70% se aparcan bien», no obstante los mal estacionados los recogen furgonetas de la propia compañía y los llevan a los principales puntos de demanda: Puerta de Alcalá y Puerta del Sol. «Algunas veces los encontramos tirados en el suelo pero suelen ser jóvenes vándalos», explica.

 

Hasta el 24 de octubre, las empresas de los patinetes han podido operar comercialmente sin ningún tipo de regulación. Desde esa fecha, el Consistorio les obliga a solicitar una autorización o «les instará a retirar los patinetes».

La más mayoritaria, Lime, habla de más de 100.000 desplazamientos en los dos últimos meses y revela que, en una encuesta interna, uno de cada tres usuarios respondieron que el patinete les ha evitado tener que usar el coche.

Otra de ellas, la sueca Voi, confirma a ELMUNDO que las reuniones con el Ayuntamiento han sido varias y que en ellas se están trabajando varios puntos, entre ellos, la cuestión relativa al aparcamiento. «Hemos modificado los lugares donde los depositamos para cumplir con los requisitos municipales y contamos con un equipo para concienciar a los usuarios. Hemos optado por la concienciación antes que la penalización, pero estamos estudiando otras medidas si el problema persiste», explican fuentes de la compañía.

Pero no siempre la concienciación es efectiva. El otro día, según revela Carlos H. trabajador de Lime, «se sancionó a dos italianos con 25 euros cada uno por dejar dos patinetes mal aparcados en Gran Vía».

Cuando no llega la sanción, llega la «Liga del Apartinete». Esta iniciativa creada por Miguel Álvarez a través de Twitter se dedica a depositar en lugares habilitados o, en su defecto, en los espacios destinados a los coches, los patinetes que estén mal aparcados.

«Un día me calenté y…», y movió uno que estaba «tirado» en medio de la acera, justo en la puerta de un establecimiento, y decidió subirlo a esta red social. Desde entonces, otros ciudadanos anónimos se han sumado a una iniciativa que, según su creador, «debería ser labor del Ayuntamiento; si hay una normativa, que obligue que se cumpla».

Para Álvarez es una cuestión de «cuidar entre todos la ciudad» aunque, como siempre ocurre en ese océano de extremos que es Twitter, la iniciativa también ha tenido sus detractores. Le espetan que «¿por qué no hace lo mismo con las motos?». «Porque pesan mucho», les responde Álvarez socarronamente.

Pero la molestia respecto a un mal aparcamiento de estos dispositivos no es sólo por parte de viandantes, también afecta a profesionales. Vicenta Gutiérrez trabajadora de Correos contaba que a veces le «dificultan la maniobra con el carrito de la correspondencia».

Sin embargo, los controladores coinciden con los trolls de Álvarez en un enemigo mayor que el patinete: las motos. «Son lo peor, cuando aparca uno mal van cuatro detrás y hay veces que tenemos que rodearlas pasando por la carretera», explica una controladora del Servicio de Estacionamiento Regulado (SER). Aunque eso ya es otra historia.

COLECTIVOS DE DISCAPACITADOS

Si hay un colectivo al que le afecte más sensiblemente esta invasión descontrolada del espacio público de los patinetes es a las personas con discapacidad. Ya son muchas las asociaciones que han evidenciado la necesidad de controlar máseste tipo de dispositivos ya que su circulación y aparcamiento presentan muchas más dificultades a estas personas. «La capacidad de reacción es mucho menor y estos patinetes circulan a mucha velocidad», expresa Daniel García, secretario de Organización de COCEMFE.

También habla de la barrera que supone el mal aparcamiento de un patinete ya que «una persona en silla de ruedas no puede apartarlo y tiene que bajar a la carretera con el riesgo que conlleva». «Secuestran a una persona ya que le impiden la movilidad», ejemplifica.

El secretario de Organización de COCEMFE mantiene que ya han denunciado esta situación de manera pública pero, de momento, el Ayuntamiento no les ha respondido. «Estamos contentos con la Ordenanza de Movilidad Sostenible pero pedimos al Consistorio que haga cumplirla», manifiesta Daniel García.

Otra asociación que ha usado Twitter para denunciar esta práctica es la ONCE quien ha señalado un patinete mal estacionado frente a uno de sus edificios donde diariamente entran decenas de personas invidentes. Teóricamente, los patinetes debían situarse a más de dos metros de las marcas viarias para ciegos que señalizan los pasos de cebra. Pero eso no siempre ocurre.

LAS TIENDAS DE ALQUILER DE BICICLETAS

Peleaba Eric Beerman con tres clientas italianas para alquilarles uno de los múltiples dispositivos eléctricos que tiene. Aunque su especialidad son los segways, estas clientas tenían miedo y no paraban de probar y devolver todos los artilugios para al final no quedarse con ninguno. «No pasa nada, no tenéis que pagar», les decía Beerman hastiado.

Las cosas no marchan bien en las tiendas de alquiler que circundan al Retiro desde la llegada de los patinetes. «Estoy aquí con mi local, mi licencia, dando la cara y estos llegan como en el desembarco de Normandía, avasallando», critica el dueño de Retiro Segway. Tanto han sufrido este desembarco que han tenido que despedir a una persona.

Juan Carlos Peral, de Diverbikes, explica que «les están robando a los turistas» y que «tienen unos precios difíciles de batir puesto que no tienen los gastos fijos que tienen ellos con sus locales». «Bicimad no nos afectó tanto puesto que es un producto muy pensado para los habitantes», mantiene Peral.

Álvaro Benito de Biciretiro también se queja de una irrupción que «les está afectando». Sin embargo, como su negocio incluye venta y reparación de bicicletas lo está notando menos.

Eric Beerman asegura que se está planteando «montar algo» para luchar contra estos dispositivos. «El problema es que el día a día te come el tiempo para hacer algo serio», cuenta.

 
 

FUENTE: ELMUNDO