En la “Encuesta de Percepción Social de la Ciencia” del año 2015, el 25 % de los encuestados respondió que es el Sol el que gira alrededor de la Tierra. Hay que reconocer que, por falsa que sea, la idea de que el Universo entero gire a nuestro alrededor es bastante atractiva. Seguro que, presentándola con la “perspectiva” adecuada, iluminada por el filtro de la Ley de la Relatividad de Einstein, sería muy fácil hacer creer al resto del País de que ese error es una verdad absoluta. Sería tan fácil como hacerlo repetir en unos medios de comunicación tan obedientes al Poder como los nuestros, el tiempo suficiente como para convencer a esa mayoría que prefiere dejarse guiar por las pantallas de la tele, antes que intentar poner en marcha su propia materia gris. Pero hemos de ser conscientes de que, incluso convenciendo a todos de esa garrafal mentira y organizando un referéndum en el que la aprobáramos por unanimidad, la realidad del Orbe no cambiaría para complacernos.

Aquellos dictadores medievales defensores de la teoría geocéntrica que condenaban a la hoguera a Galileo Galilei en 1633 si no se hubiese arrodillado a sus pies, son considerados hoy unos fanáticos, porque negaban u ocultaban la verdad, la razón y la lógica para imponer sus dogmas. Y a los fieles súbditos que aceptaban sin cuestionar todo lo que les decían sus señores y que lo defendían con tanto fervor como para encender el fuego de aquellas hogueras, hoy serían calificados de auténticos talibanes. Pero en aquel entonces, aquella abrumadora mayoría formada tanto por los que sentenciaban como por los que encendían la llama, se consideraban a sí mismos seres “normales” y “moderados” que creían estar defendiéndose de esos locos extremistas que desafiaban su verdad dogmática e irracional.

¡Qué poco han cambiado los tiempos desde entonces! Ni la Revolución Francesa, ni la Carta de Derechos Humanos, ni las Constituciones Democráticas han conseguido hacer mella en nuestro instinto social.

Ahora, el Poder Establecido nos impone el DOGMA DE GÉNERO. Las doctrinas Feministas y Transexuales han vuelto a censurar la verdad, la razón y la lógica para dirigir nuestras mentes. La masa social sigue bajo control de los amos del rebaño. Todo el que quiera ser algo tendrá que renunciar a su inteligencia y armarse de cerillas para correr a encender las hogueras contra los disidentes. Estar de parte del Poder les permitirá revestirse de la dignidad suficiente como para olvidar que se han convertido en ganado.

Y como es humana condición presumir más de lo que más se carece y acusar al oponente del delito propio, los diarios que más presumen de ser muy independientes son los que más aprisa te censuran en cuanto pones en duda los intereses del Feminismo, aunque lo hagas con argumentos procedentes de las organizaciones feministas internacionales más prestigiosas, esas que dicen que España es uno de los países con menos violencia machista del Mundo. Y los locutores que más presumen de humanistas, te tachan de homófobo en cuanto les intentas hacer caer en la cuenta de la grave contradicción lógica que se produce cuando se decreta que la educación para la DIVERSIDAD SEXUAL en las escuelas sea impartida EXCLUSIVAMENTE POR HOMOSEXUALES. Son los intelectuales de catecismo ideológico que, arropados por su rebaño, ordenan quemar Manadas para sentirse más grandes y borrar la vergüenza de haber “olvidado” hablar sobre violadores auténticos, pero poderosos, como Kote Cabezudo.

Y nuestros Partidos Políticos mayoritarios, financiados con nuestra Deuda Pública que alimentan los “AMOS” de la Dictadura Financiera Internacional con préstamos condicionados a la Ideología de Género, son los auténticos talibanes del presente que presumen de “moderados” y se apresuran a estigmatizar como “extremistas” a los que no se someten al poder del amo.
La Historia del Ser Humano es así, se repite una y otra vez sin aprender de los errores del pasado. Pero tal vez esta vez este error no permita repeticiones, porque daña nuestra natalidad hasta desplomarla y, así, quizás no tengamos un futuro en el que poder volver a equivocarnos. Tal vez nuestra supervivencia dependa de que sepamos abrir los ojos de rebaño y políticos para hacerles entender a tiempo que LOS EXTREMISTAS SON ELLOS.

 

 

 

JUAN MARIANO PEREZ ABAD