La llegada de Pedro Sánchez a La Moncloa es vista como una oportunidad por los presidentes autonómicos socialistas, que saludan el cambio de inercia para el país y el partido y que pueden resultar beneficiarios de sus logros en materia social. Al mismo tiempo, en las comunidades socialistas advierten de los riesgos de un Ejecutivo tan débil y se vigilará que la apertura de un diálogo con Cataluña no suponga concesiones a los independentistas. La convocatoria de las elecciones divide las opiniones entre quienes creen que deberían ser este mismo año y quienes prefieren a finales del año que viene.

Con independencia de que su relación sea o no la mejor con el nuevo presidente socialista —la mayoría de los dirigentes autonómicos apoyaron a Susana Díaz en las primarias del PSOE y perviven desconfianzas mutuas—, los barones autonómicos ven en la presidencia de Pedro Sánchez una buena noticia para el partido, que antes de la moción de censura batallaba por erigirse en alternativa al PP.

La llegada de Sánchez a La Moncloa supondrá seguro un aumento de las expectativas electorales del PSOE y puede revertir en los Gobiernos autonómicos al desbloquear asuntos paralizados por el PP y aprobar medidas sociales. La sensación general entre los presidentes consultados es buena, pero también de expectativa y cautela, toda vez que observan múltiples riesgos en el Gobierno más débil que ha existido en democracia. El que más inquieta es el problema catalán, y que se interprete que el PSOE cede ante los independentistas. En ese escenario de incertidumbre resulta capital para su éxito o fracaso cuándo decida Sánchez ir a las urnas.

“Es positivo el cambio de inercia, nos puede venir bien. Este fin de semana en los actos por el territorio todo el mundo me daba la enhorabuena”, cuenta un presidente de los críticos. “Si nos influye, será para bien. Si desbloquea la dependencia, eso llega a la gente. Si universaliza la sanidad, igual. Creo que la ventaja es que lo que dure este Gobierno siempre va a ser un tiempo muy corto para equivocarse y suficiente para acertar”, apunta otro mandatario más cercano al líder socialista.

En los Gobiernos autonómicos se es muy consciente de la debilidad del nuevo Ejecutivo socialista por la falta de apoyos parlamentarios —El Grupo Socialista del Congreso tiene solo 84 de los 350 diputados— y se prevé una oposición feroz del resto del bloque constitucionalista (PP y Ciudadanos), pero también de los que han apoyado la moción, sobre todo Podemos, al que se ve como el peor adversario.

“Eso es lo que determinará cuánto durará el Gobierno. La oposición puede ser del PP, Ciudadanos y de todos”, avisa un dirigente regional. Por esos débiles equilibrios, algunos presidentes creen que Sánchez debería convocar elecciones este mismo año. “Lo mejor sería ir a elecciones ya, en otoño. Los españoles te han dicho que hay que echar a Rajoy. Si ven que te atrincheras… El Gobierno también te quema, es un Gobierno sin apoyos”, dice uno. “Sería lo mejor para él y para el país convocar este mismo otoño. El panorama es muy complicado. A partir de septiembre y octubre sus expectativas pueden caer. Es cuando empieza la política: la Diada, los juicios al separatismo, la relación con Podemos y el gasto social condicionado por el límite de déficit”, señala otro.

En otros Gobiernos autonómicos se reflexiona que todo dependerá de la actitud de los partidos que han apoyado la moción, y algunos prefieren que no se anticipen a las autonómicas de mayo. “No sería una buena idea celebrar las que serían las terceras elecciones generales antes que las autonómicas. Pero si no hay condiciones para mantener el Gobierno, no se puede languidecer y habría que convocar”, entiende un mandatario. “Lo ideal sería a finales del año que viene. Con el verano de por medio no le va a dar tiempo a nada”, argumenta otro.

Decisión exclusiva

La decisión será exclusiva del nuevo presidente, que se ha comprometido a no agotar la legislatura y ha llegado a La Moncloa apoyado por formaciones que no quieren comicios de forma inmediata.

Es pronto en todo caso para aventurar el futuro del nuevo Gobierno, pero lo que más preocupa en las comunidades de Castilla-La Mancha, Andalucía, Aragón y Extremadura es el del diálogo con los independentistas. “Es entendible abrir un camino de distensión con Cataluña”, reflexiona un presidente de estos territorios donde el PSOE atrae un electorado más moderado, “pero hay que tener cuidado con los gestos”. “Lo que más me preocupa es esto, no que haya concesiones, porque no creo que las haga, pero que parezca que las haga nos crea muchas dificultades”, apunta otro mandatario de estas comunidades. Los barones estarán vigilantes ante la negociación con el independentismo. Uno avisa: “No va a haber confrontación con Pedro, pero puede haber contrapesos”.

 

 

FUENTE: ELPAIS