Cuando el nuevo rector de la universidad pública madrileña Rey Juan Carlos, Javier Ramos, tomó posesión del cargo, dijo que con él se iniciaba una nueva etapa. Heredaba una universidad, financiada por la Comunidad de Madrid con más de 120 millones al año, en plena crisis porque el anterior rector, Fernando Suárez, tuvo que dejar el cargo tras el peor escándalo de plagios de la universidadespañola: más de 10 copia y pega acreditados. El resultado, una querella y una denuncia que siguen su trámite judicial.

Ramos ha negado siempre ser el delfín de Suárez y se ha mostrado desconocedor de los tejemanejes que pudieran haber en la etapa de su antecesor. Con el máster ‘regalado’ a Cristina Cifuentes, que pasó de dos «no presentado» a dos «notable» en dos años sin mediar matrícula, se ha iniciado su primera gran crisis al frente de la institución pública. «En el rector está el ánimo de decir lo que hay», dice uno de sus portavoces.

Lo sorprendente es que ha dejado la gestión al vicerrector responsable de los máster, José María Álvarez Monzonzillo, y no ha asumido desde Rectorado la investigación de lo que pasó. Simplemente hay que acudir al sistema de gestión de alumnos y matrículas para acceder a los mismos documentos que publica eldiario.es y que muestran cómo en 2014 se cambiaron las notas de 2011 sin explicación. La universidad responde que aún está mirándolo.

Cuando eldiario.es ha intentado recabar información y conocer los hechos, las respuestas desde la universidad han sido variopintas. Por ejemplo, que antes «era habitual que cualquier funcionario cambiara notas porque no existía la escuela de máster». Puede ser que un funcionario cambie notas por orden de un profesor, pero no tan habitual que lo haga un funcionario sin responsabilidad en el área y de otro campus, como es el caso de Amalia Calonge. Tampoco es factible cambiar notas con dos años de retraso.

«Había 30 profesores»

Además de eldiario.es, la universidad también le ha preguntado a Calonge por su parte qué profesor le pidió que cambiara la nota: «No se acuerda y no está en el puesto de trabajo, dice que mañana lo mirará en el mail», cuenta Monzonzillo, que especifica que ni el rector ni el vicerrector tienen acceso directo a los detalles de posgrado y es el propio director del máster el que tiene que contestar. Es Enrique Álvarez Conde, que no recuerda quién fue el profesor de la asignatura ni el tutor del trabajo de Cifuentes: «Había más de 30 profesores en ese máster», ha relatado a la universidad. eldiario.es ha podido saber que el profesor directo de una de las asignaturas aprobadas misteriosamente es Pablo Chico de la Cámara, que no ha querido contestar y se remite a lo que diga la universidad.

Otra de las justificaciones que aporta el campus es que no hubo ningún regalo de nota porque «durante unos años el Trabajo Fin de Máster era voluntario» y no contaba. Obviamente no lo era, lo tienen que presentar todos los alumnos si quieren aprobar, y en el caso del posgrado de Cifuentes vale nada menos que 24 créditos, casi la mitad de los requeridos para aprobar (60), como consta en su expediente de notas.

También han sugerido desde la Universidad Rey Juan Carlos a eldiario.es que puede ser que la explicación sea que durante «un par de años» no había que «defender en público el Trabajo Fin de Máster» y por eso no hay constancia de su existencia, aunque las mismas fuentes reconocen que no saben si fue o no en ese periodo.

El vicerrector, que está recopilando información, admite no tener «papeles suficientes para contestar», nadie se acuerda de quién hizo de tutor del trabajo de máster de Cifuentes y apostilla: «Ellos sabrán lo que han hecho, pero los máster tienen autonomía y funcionan con sus propios responsables, espero poder dar una respuesta pronto».

 

 

 

 

 

FUENTE: ELDIARIO