La dirección nacional no está satisfecha con los resultados electorales, y a la vuelta del verano se prevé un reajuste en la cúpula autonómica

 

Las cotas de poder que Ciudadanos ha alcanzado en los ayuntamientos y que le aguarda en la Comunidad Autónoma, gracias a los acuerdos con otras fuerzas políticas, preferentemente el PP, contrastan con la debilidad interna que padece el partido. Ciudadanos presume de lo primero e ignora lo segundo. Brillante por fuera y turbio por dentro.

El malestar entre los afiliados por el acuerdo de gobierno con los populares es evidente. Quizás no llegue al 90% de la militancia, como asegura un cargo naranja a ‘La Verdad’, pero sí que es constatable. Y no solo por considerar que la alianza con los populares cuestiona la regeneración y el cambio que el partido quiso abanderar, sino también por el proceso interno en la toma de decisiones, sin dar a los afiliados y cuadros intermedios la más mínima oportunidad de pronunciarse. Las negociaciones y el acuerdo han estado en manos del comité negociador, un órgano formado por apenas media docena de personas, atento únicamente a las directrices que marcaba la dirección nacional.

El seísmo nacional que sacudió al partido a comienzos de semana por el giro a la derecha en su política de pactos con la renuncia de dos pesos pesados, como Toni Roldán y Javier Nart, alcanzó a Murcia con el abandono del que fuera secretario de Programas, Miguel López Bachero, y la publicación de un manifiesto de afiliados «defraudados» que ayer rondaba las 70 firmas de adeptos.

Óscar Pozzati, uno de los impulsores de este escrito, contrario también a los acuerdos con el PP, explicaba a ‘La Verdad’ que, «antes de pedir la baja, queremos dar la batalla desde dentro», y explicaba con este argumento por qué no se han levantado más voces críticas: «Hay muchos que están pendientes de la formación del Gobierno regional y de las posibilidades que hay de alcanzar algún puesto, y por eso no quieren exponerse».

La complicidad con los populares también está teniendo consecuencias para el partido en la búsqueda de profesionales independientes que emprendió con el fin de enriquecer las instituciones que gestione. El profesor de Ciencia Política de la UMU y miembro de Transparencia Internacional, Fernando Jiménez, que es natural de Almería, rechazó en primer lugar entrar en el Gobierno andaluz al frente de una consejería que llevaría las competencias, entre otras, de Justicia y Transparencia, y, después, días antes de las elecciones autonómicas del 26 de mayo, cuando Ciudadanos volvió a sondear su predisposición a colaborar con el partido en la Región de Murcia, les dio calabazas de nuevo alegando razones profesionales relacionadas con su carrera académica, pero también su descontento con la deriva política que había tomado la formación naranja, según explican fuentes conocedoras de este caso.

Reestructuración en ciernes

Quizás la dirección del partido había pensado en Fernando Jiménez para la Consejería de Transparencia y Administración Pública, una de las cuatro que ocupará en el futuro Gobierno regional, según el acuerdo suscrito con el PP, pero deberá seguir buscando.

Las otras tres serán las de Familia y Políticas Sociales, que ocupará Isabel Franco, que también ejercerá de vicepresidenta; la de Industria y Fomento, que estará en manos de la portavoz del Ejecutivo, Ana Martínez Vidal; y la de Empleo y Universidades, para la que también podrían estar buscando algún independiente.

A la formación naranja en la Región se le añade una contrariedad más que agitará su aparente estabilidad a corto plazo: la dirección nacional no está nada satisfecha con los resultados electorales, y prevé hacer cambios en la estructura orgánica posiblemente tras el verano, cuando el actual proceso de constitución de las instituciones culmine.

La realidad es que, a pesar del mayor protagonismo del que disfrutará Cs esta legislatura en ayuntamientos y en la Comunidad, el partido obtuvo menos votos tanto en las elecciones locales como en las autonómicas, y si consiguió más diputados en la Asamblea Regional fue gracias en parte a la nueva circunscripción única recogida en la reforma de la ley Electoral.

Las fuentes consultadas en la organización dan por segura la salida de la dirección de Francisco Álvarez, al que le pesa el escándalo por el que su hermano y protegido tuvo que renunciar a la candidatura de la alcaldía de Alcantarilla y también su precipitación por reunirse con el portavoz del comité negociador del PP, José Miguel Luengo, antes incluso de que la dirección nacional lo autorizara.

No parece que el puesto de Valle Miguélez como secretaria de Organización peligre, dada su estrecha relación con el ‘número tres’ de la dirección nacional, Fran Hervías. En cambio, las mismas fuentes indican que la figura de Ana Martínez Vidal se ha revalorizado internamente y tiene muchas opciones de escalar puestos orgánicos.
 
 

FUENTE: LAVERDAD