No proponen volver a consultar a los ciudadanos si desean salir o quedarse en la UE. Eso, dicen, ya fue respondido hace dos años. Lo que buscan es dar a los británicos la oportunidad de tener la última palabra, poder decir si el pacto que alcance la primera ministra, Theresa May, con Bruselas, si llega a alcanzarlo, o si se produce un Brexit a las bravas, sin acuerdo alguno, les convence.
“Como explicaba hace poco un miembro de la Cámara de los Lores”, cuenta Femi Oluwole, portavoz de la organización juvenil Our Future’s Sake (por nuestro futuro), “si prometes a tus dos ancianas tías que las vas a llevar al cine y luego compruebas que las dos únicas películas que ponen son Reservoir Dogs o La matanza de Texas, puedes obligarles a apechugar con la decisión democrática que han tomado o puedes volver a preguntarles si realmente no prefieren cambiar de plan”.
Los jóvenes han tenido un papel importante en la campaña de People’s Vote. En su gran mayoría, votaron a favor de permanecer en la UE. Y los que en estos dos años han alcanzado la mayoría de edad, según los sondeos, se inclinan por la misma opción. Oluwole argumenta con pasión la necesidad de que toda una generación tenga derecho a tener voz en una decisión que afecta a su futuro.
Y junto a ellos, las mujeres. Rachel Franklin, directora de campaña de Women for People’s Vote, cree que el factor femenino puede ser decisivo para que se replantee el debate en Reino Unido. “Si en 2016 las mujeres votaron prácticamente en proporciones similares a los hombres, hoy se han distanciado de ellos en la opción del Brexit en casi 12 puntos”, explica Franklin. “El principal apoyo lo tenemos de madres trabajadoras con hijos de menos de diez años, las más preocupadas por el futuro del país. Y, sin embargo, solo el 11% del equipo que negocia y prepara el Brexit en el Gobierno son mujeres. Hemos sido olvidadas”, lamenta.
People’s Vote celebra la decisión adoptada por la oposición laborista en su congreso anual de Liverpool de respaldar una segunda consulta si no logra en primer término forzar un adelanto electoral. Principalmente porque dan por descartado que esas elecciones anticipadas se celebren. Tom Baldwin, que trabajó durante años codo con codo con el antecesor de Jeremy Corbyn al frente del Partido Laborista, Ed Milliband, lo tiene claro: “Hay muchos diputados conservadores que se han mostrado dispuestos a respaldar un segundo referéndum antes que derribar a su propio Gobierno. Veo muchas más posibilidades en la celebración de una segunda consulta”, asegura. Baldwin es el director de comunicación de la campaña de People’s Vote, y el primero en señalar que, hace dos años, los partidarios de la permanencia en la UE no supieron convencer a la ciudadanía.
“Con Trump en la Casa Blanca, Putin en el Kremlin, China cada vez más poderosa y el nacionalismo en expansión por todo el mundo, la idea, no solo de abandonar la UE sino de intentar perjudicar ese entorno de seguridad para nuestros derechos sociales y políticos es una locura”, afirma.