O fue la hispanidad o la romanización o los «principios y valores» del Partido Popular Europeo. Pero todo no puede ser «el mayor acontecimiento histórico» o «el mejor mundo de toda nuestra historia».

«El mejor mundo de toda nuestra historia».

El presidente del Partido Popular, en su intervención ante los líderes conservadores europeos en Helsinki, no se quedó corto en la adjetivación del ideario democristiano:

«El mundo está mucho mejor que hace veinticinco años, 1.250 millones de seres humanos ya no son pobres gracias a nuestros principios de propiedad, de libertad, de seguridad jurídica, de desarrollo económico sostenible.

Y, por tanto, quiero acabar esta reflexión con ese rayo de optimismo. Para eso está la Unión Europea, para eso está el Partido Popular y por eso tenemos que enarbolar nuestros principios, para resolver los problemas, no solo de Europa, si no del mundo. ¿Y cómo lo hacemos? Con ideas, con principios, con valores, con política, pero política de altos vuelos, de luces largas, política frente a la mera administración burocrática, política para la gente, para las personas que madrugan y quieren un futuro mejor; política, en definitiva, con el corazón de estar cerca de los problemas, con la cabeza de dar soluciones complejas a problemas difíciles, pero con el alma de los principios que, gracias a este partido, hicieron la mejor Europa y el mejor mundo de toda nuestra historia».

Casado no especifica a qué corresponden esos 1.250 millones de seres humanos que ya no son pobres gracias a sus «principios de propiedad, de libertad, de seguridad jurídica, de desarrollo económico sostenible». Porque en Europa, de donde es el Partido Popular Europeo, hay 741 millones de habitantes. En torno a los 1.200 hay en África, pero no parece que todos los africanos hayan salido de la pobreza. Y en América hay 1.000 millones de habitantes, mientras que en Asia superan los 4.000.

En todo caso, el líder del PP afirma que esos principios de valores, enarbolados por su partido, han logrado «la mejor Europa y el mejor mundo de toda la historia».

Es decir, que la construcción de Europa tras la Segunda Guerra Mundial y del Estado del Bienestar son gracias al Partido Popular Europeo, que no se funda hasta 1976, y al que no se afilia el Partido Popular español hasta 1991, cinco años después de que hubiera entrado Unió Democràtica de Catalunya.

«Nuestros principios, gracias a nuestro partido, hicieron la mejor Europa y el mejor mundo de toda nuestra historia». Aunque la Guerra terminara en 1945, la ONU se fundara en 1945 y la UE echara raíces en 1951; aunque todo aquello ocurriera décadas antes de que se fundara el PPE y aunque ocurriera mientras los fundadores del Partido Popular español medraban en la dictadura franquista: el PPE se funda en 1976, cuando en España aún estaban prohibidos los partidos políticos, y un año antes de que un exministro de Franco fundara Alianza Popular, el precursor del partido de Pablo Casado.

¿Y si este es el mejor mundo de toda nuestra historia, en qué lugar queda la hispanidad, que hace un mes era  «el hito más importante de la humanidad junto con el imperio romano»?

Pablo Casado también ha sido generoso en su crítica a los nacionalismos:

A los nacionalismos que asolan nuestro continente, como lo hicieron en los años, y en las décadas y en los siglos anteriores, nacionalismos en países como el nuestro, como en España. Y gracias a todos por la resolución aprobada en la que todos hemos dicho que un problema de redefinición de fronteras, o de ruptura de la igualdad entre ciudadanos, o incluso de ataque a las libertades, a los derechos y las constituciones de un Estado miembro acaba siendo también una afrenta a todo el resto de la Comunidad Europea.

Asolar, según la Real Academia de la Lengua: «Destruir, arruinar, arrasar». Entonces, ¿en qué quedamos? O vivimos en el mejor mundo de toda la historia, o vivimos en un mundo destruido, arruinado y arrasado por los nacionalismos. Y sin ser cosa de hoy, sino que lleva pasando «en los años, en las décadas y en los siglos anteriores».  En conclusión: los nacionalismos «asolan   desde hace siglos el continente», que pertenece  «al mejor mundo de toda la historia».

Casado dijo esto ante los líderes del PP europeo, que aplaudieron a rabiar a la canciller Angela Merkel, gobernante de un país que no existía hace apenas dos siglos y cuya formación tuvo mucho que ver con los movimientos nacionalistas del siglo XIX.

El plenario a quien más aplaudió fue al presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani. Cuyo país, Italia, tampoco existía hace tanto, y nació gracias a la pulsión nacionalista a mediados del XIX. Como el nacionalismo fue motor de las independencias americanas en el XVIII y XIX y africanas en el XX. ¿Las unificaciones italianas y alemanas que terminaron alumbrando a Italia y Alemania son una muestra de la ruina Europea? ¿Y los procesos de descolonización? ¿O se refiere al fascismo, el nazismo, aunque básicamente se acuerde de Catalunya?

¿O quizá se refiera al franquismo que dividió a la ciudadanía entre la España y la AntiEspaña y  cuyo legado no condenaron los eurodiputados el PP recientemente en el Parlamento Europeo? ¿O quienes colocaron una bandera española XXL en la plaza de Colón de Madrid? ¿O a quienes querían españolizar a los niños catalanes? ¿A los del «a por ellos» o a los de la DUI? ¿A los que rompieron Yugoslavia y la URSS o a los que reconocieron y alentaron a las repúblicas exyugoslavas y exsoviéticas? ¿O acaso hay nacionalismos que asolan continentes durante siglos y otros que los construyen?

La Historia, según Pablo Casado.

 
 

FUENTE: ELDIARIO