El voto de confianza que la CUP le dio el pasado martes al president, Carles Puigdemont, para intentar la vía de la mediación congelando la declaración de independencia, ha llegado a su fin. El consejo político de los anticapitalistas decidió ayer dar por muerta esa apuesta y pidió que el líder catalán proclame la república. Más conciliador se mostró ERC, cuyo presidente Oriol Junqueras hizo un llamamiento a la unidad y pidió cerrar filas en torno a Puigdemont.

La presión sobre el president se incrementa en la medida que se acercan las 10 de la mañana del lunes, el límite fijado por el Gobierno central para que responda un requerimiento sobre si declaró o no la independencia el pasado martes durante su comparecencia en el Parlament. Dependiendo de la respuesta, el Ejecutivo que preside Mariano Rajoy pondrá en marcha la intervención en Cataluña que recoge la Constitución.

Junqueras pasó ayer de puntillas sobre el tema durante una reunión extraordinaria de su partido y se limitó a recordar el compromiso de tirar adelante la república catalana. La CUP fue más allá y advirtió de que, dependiendo de la respuesta de Puigdemont, cesará su actividad en “el Parlament de carácter autonómico”, aseguró la portavoz del secretariado nacional Núria Gibert.

“No hay diálogo posible, no hay mediación posible”, resumió la anticapitalista. El pasado martes, tras el cambio de guion en la proclamación de la independencia, la cúpula de la CUP compareció conjuntamente para expresar su desacuerdo, pero dio un voto de confianza en la apuesta del Govern de buscar una posible mediación. El exdiputado Quim Arrufat dijo entonces que daba un mes para explorar esa fórmula. Sin embargo, ayer Gibert aseguró que “el bloque PP, PSOE y Ciudadanos no da margen para ningún plazo”, lamentó.

“Pedimos y apelamos que la respuesta [al requerimiento] sea coherente con las expectativas generadas y los votos del referéndum”, pidió Gibert. Los anticapitalistas creen que es necesaria una respuesta “nítidamente afirmativa” sobre la proclamación y que acabe con la “confusión, frustración y desconcierto” que, a su parecer, causó la decisión de Puigdemont de suspenderla para dar un gesto de cara a una posible mediación internacional.

ERC llama a la unidad

El martes pasado, los anticapitalistas también anunciaron que abandonarían la actividad parlamentaria regular si no se daba el paso definitivo hacia la independencia, algo que en teoría se tenía que haber definido ayer. Sin embargo, Gibert no quiso detallar sobre cómo se escenificará eso y lo supeditó a la respuesta que dé Puigdemont el lunes. Además, aseguró que la medida de presión se podría extender a los ayuntamientos y otras instituciones donde tiene presencia.

“No avalaremos la confusión”, explicó, y solicitó al Govern que haga un nuevo acto de proclamación de la república con la solemnidad necesaria. Este se podría ser el culmen de un pleno monográfico que la CUP quiere celebrar la próxima semana y que abordaría la iniciación del proceso constituyente. La CUP también anunció “movilizaciones” en el mismo periodo en defensa de los resultados del referéndum.

El tono de ERC fue más conciliador, o al menos eso fue lo que quiso transmitir Junqueras. Tras haber hecho el pasado viernes un llamamiento a asumir “el riesgo de la libertad”, el vicepresidente de la Generalitat recordó ayer a los 220 consejeros republicanos reunidos en Barcelona que su partido está “para preservar esta unidad que es imprescindible para recorrer el camino”, aseguró. “La mejor forma de hacer la república catalana es hablando con todo el mundo. La única posibilidad de que el diálogo exista es tener como referente el compromiso de la independencia”, aclaró el vicepresidente. Fuentes de ERC ven muy poco margen para sentar al Gobierno en la mesa. Sobre todo, después de conocer el texto del requerimiento. Asistentes a la reunión aseguraron que el líder de ERC evitó referirse a la suspensión de la declaración de independencia para preservar su papel de árbitro.

El líder de ERC apoyó a Puigdemont en su camino para “cumplir con el mandato del 1-O”. Junqueras también subrayó la dificultad de cerrar una reforma constitucional con “los que no dejan votar”.

FUENTE: ELPAIS