Pedro Sánchez ha vivido la semana más difícil desde que llegó a la presidencia del Gobierno. La dimisión de Carmen Montón y las acusaciones de plagio en su tesis doctoral han sido sus principales desafíos. Por si fuera poco, tiene que hacer frente, una vez más, a la contestación interna dentro del PSOE.

El lunes, además de la publicación de las irregularidades en el máster de Carmen Montón, Sánchez se “desayunó” con un encuentro de tres de sus presidentes regionales, Javier Fernández (Asturias), Emiliano García-Page (Castilla-La Mancha) y Javier Lambán (Aragón), con dos líderes autonómicos del PP: Alberto Núñez-Feijóo (Galicia) y José Ignacio Ceniceros (La Rioja).

La reunión sirvió para que estos dirigentes firmaran, de forma conjunta, una declaración institucional en la que exigen al Gobierno que se negocie ya la nueva financiación autonómica y que evite cualquier tipo de privilegio de alguna región respecto a las demás. Y anunciaron un frente común en este sentido.

Presiones para adelantar elecciones

Fuentes gubernamentales consultadas por Confidencial Digital cuentan que Pedro Sánchez tiene asumido que ese acuerdo de tres barones socialistas con dos del PP es solo el “primer paso” de una ofensiva, por parte de estos dirigentes regionales del PSOE, para que el presidente convoque ya elecciones.

Desde Moncloa recuerdan que tanto Fernández, como Page y Lambán siempre defendieron, desde que se presentó la moción de censura, la necesidad de disolver las Cortes para que fueran los españoles los que eligieran el nuevo Gobierno. Un criterio que, pese a la llegada de Sánchez al poder, no han cambiado.

Ahora, esos tres barones consideran que el Gobierno de Sánchez es demasiado débil, y que cada fracaso en el Congreso le debilita todavía más. Ese desgaste puede amenazar el poder del PSOE en las regiones que ellos gobiernan. Una amenaza que, a medio año de las autonómicas y municipales, no quieren asumir.

Generales antes que autonómicas

Estos barones regionales verían con buenos ojos que las elecciones generales se celebraran antes de las municipales y autonómicas, o, como tarde, que coincidan en mayo de 2019. Un escenario que el Ejecutivo central no se plantea.

Desde el Gobierno insisten en que el objetivo de Sánchez es aprobar los Presupuestos y agotar la legislatura.

Sobre los últimos movimientos de Page, Fernández y Lambán, tienen claro que su objetivo no es tanto la nueva financiación autonómica, como seguir empujando al presidente a convocar elecciones.

Recuerdan, en este sentido, que el valenciano Ximo Puig también ha urgido al Ejecutivo a poner en marcha la reforma de la financiación pero, a diferencia de los tres barones ya citados, no se ha puesto de acuerdo con el PP.

Susana Díaz descarta sumarse

Otra presidenta regional que tampoco se ha unido a los barones críticos es la rival de Pedro Sánchez en las primarias del PSOE: Susana Díaz.

La presidenta de la Junta ha sido contactada por estos dirigentes autonómicos, para animarle a sumarse a la demanda conjunta de una nueva financiación autonómica, pero la andaluza ha preferido mantenerse al margen.

Las fuentes consultadas por ECD explican que Díaz está centrada en el adelanto electoral en Andalucía y no quiere “nuevas guerras internas”. Además, añaden, “ella tiene claro que las generales no coincidirían, en ningún caso, con las elecciones a la Junta, por lo que considera que ésta no es su batalla”.

Desde el Gobierno saben que, en este asunto, no tendrán a la líder andaluza enfrente, aunque creen que esa postura también obedece a razones más prácticas. No obstante, recuerdan, Andalucía sería, al menos sobre el papel, una de las comunidades más beneficiadas con la reforma de la financiación autonómica.

 
 
 
 
 
 
FUENTE: ELCONFIDENCIALDIGITAL