El Ministerio del Interior ha abierto una información reservada para aclarar quién está detrás de la filtración a los medios de comunicación de un correo electrónico interno del coronel Manuel Sánchez Corbí, en el que ordenaba a sus equipos de la Unidad Central Operativa (UCO) el cese de las actividades que requiriesen el uso de fondos reservados. La decisión del mando y su posterior difusión desencadenaron su destitución como responsable de la UCO por “pérdida de confianza” por parte del ministro.

La nueva secretaria de Estado de Seguridad, Ana Botella, decidió en su aterrizaje en Interior analizar de qué manera se gastaban los fondos reservados. Tras un primer examen, el ministerio ha decidido revisar las normas de uso de este dinero para reforzar el control del mismo, según fuentes de Interior.

En ese proceso de análisis, que se llevó a cabo en julio, el ministerio avisó a todos los mandos, entre ellos a Sánchez Corbí, para que en el caso de que necesitasen algún tipo de gasto para investigaciones en curso se lo comunicasen. El coronel decidió días después, el 25 de julio, ordenar a sus subordinados la “suspensión temporal de cualquier actividad” de la UCO vinculada a los fondos reservados.

La actitud de Sánchez Corbí se interpretó en Interior como un desafío: no se quejó a sus superiores, sino que envió una orden directamente a sus subordinados, sin pactarlo con sus jefes ni con la autoridad judicial. Un gesto “grave” que llevó a cabo en medio del maremoto por la reestructuración de los lugares clave del ministerio. Entre ellos, el puesto del jefe del gabinete de coordinación, hasta entonces en manos del coronel de la Guardia Civil Juan Hernández Mosquera, con quien Sánchez Corbí mantenía una relación estrecha. En su lugar, Interior colocó a un comisario de policía afín a los socialistas, Juan Antonio Rodríguez, lo que provocó malestar en el instituto armado. El cargo, una suerte de número tres en Interior, siempre había estado en manos de la Guardia Civil.

Desafío

Grande-Marlaska ha querido cerrar rápido la crisis generada. Este viernes, por elección de la cadena de mando, se nombró al coronel Francisco Javier Sánchez Gil, de 54 años, nuevo jefe de la UCO. Sin experiencia en investigación, Sánchez Gil, que proviene de una saga de hermanos guardias civiles, ha desarrollado la mayor parte de su carrera en la Unidad Especial de Intervención (UIE), de la que fue el máximo responsable. Desde marzo de 2017 dirigía la Agrupación de Reserva y Seguridad.

Interior todavía no ha decidido el nuevo destino de Sánchez Corbí, que estaba de vacaciones cuando se le comunicó el cese. Su destitución causó malestar entre buena parte de su equipo, que considera que la medida es desproporcionada e injusta. Otras fuentes, sin embargo, apuntan a una deriva del mando, que actuaba por libre, y que se arriesgó lanzando un órdago al nuevo ministro, al que conoce por su dilatada experiencia en la lucha antiterrorista, que finalmente perdió.

 
 
 
 
 
FUENTE: ELPAIS