El Papa Francisco acaba de llegar a Bari en donde los dominicos custodian las reliquias de San Nicolas tan veneradas por las iglesia ortodoxa. Los uniatas están presentes pero los rusos no. Por ahora sólo tenemos noticias del inmenso despliegue de seguridad con miles de personas de las fuerzas italianas protegiendo este encuentro en una zona minada por la mafia. 

Los periódicos recogen ampliamente las palabras del Papa Francisco en la misa con inmigrantes en San Pedro. Por ahora han ido sólo de visita y ninguno se ha quedado en el estado pontificio. En Italia, y no sólo, es tema de conversación en todos los ámbitos y al Papa Francisco se le identifica claramente con la posición de acogida a todos y por todo que no gusta mucho en estos tiempos. Los periódicos intentan moderar el discurso porque ven como las redes sociales arden en contra de la invasión. Cada vez más se presentan datos de lo que es un verdadero comercio de esclavos en donde algunos parecen tener el papel de tontos útiles que con su buenismo están incrementando el problema con corredores ninguna parte y con la creación de guetos que presagian problemas a muy corto plazo. En las ONGs hay de todo y también las hay que se enriquecen con este comercio y que están viendo peligrar su sustancioso negocio. En Bolonia tenemos el primer centro de acogida para inmigrantes transsexuales y se nos presenta como una genialidad mundial. 

En el Congo hay problemas y no pequeños desde hace tiempo y el anterior nuncio terminó mal. Hoy es noticia el extraño cambio de Ettore Balestrero desde la nunciatura de Bolivia hacia el Congo pero no de nuncio. Balestrero era el hombre fuerte de Bertone en su última etapa y fue salvado in extremis de la hoguera con su consagración episcopal exprés y colocado en la prestigiosa nunciatura de Colombia. Este cambio ha sorprendido urbi et orbe. Esperemos que ayude a encauzar la difícil situación de la iglesia en el Congo. 

Las estadísticas del número de católicos, al menos en Europa, se deben entender como la mitad de la mitad y quizás nos quedamos largos. Bautizados todavía hay muchos pero que eso se corresponda con la vida normal de un católico en relación con las obligaciones mínimas de su fe es otra cosa. Hay zonas en donde los mismos obispos están dando la voz de alarma porque los católicos están desapareciendo, el caso de Belen es especialmente doloroso. Cuando se habla con el cura medio, que conoce mejor que nadie su territorio, llegamos a la conclusión de que si llegamos a 10% ya somos muy generosos. Hoy tenemos un elemento más en este proceso de descomposición y nos informan del aumento de los ex bautizados, es decir, de los que mediante un acto formal piden la “salida” de la iglesia católica. Este fenómeno está muy regulado en Alemania, por la cosa del impuesto religioso,  y menos en otros países europeos. 

El Papa Francisco quiere que todos los países se sumen al tratado de París sobre el cambio climático y al tratado de reducción del gas serra. No entramos a valorar la utilidad o no de dichos acuerdos, lo que no acabamos de entender en que pinta el Papa Francisco y el Vaticano presionado en semejantes cosas que cuando menos tienen una gran parte de opinables. Se da a entender que es moralmente malo para un católico oponerse a estos tratados políticos y eso no deja de ser una barbaridad. El magisterio y el primado en la iglesia están para otras cosas. Llama la atención tanto silencio cuando se trata de leyes arco iris o abortivas y tanta matraca con otros temas. Algún día, si Dios en su infinita misericordia nos ilumina con una gracia especial,  entenderemos estos arcanos misterios. 

El caso Orlandi, el misterio más misterioso de las últimas décadas en el Vaticano, sigue adelante y ahora se pide que se abra una investigación oficial en el tribunal único sobre el caso. Nos tememos que son vanas pretensiones porque en esto, y en  tantas otras cosas, se prefiere el silencio. 

 

 

 

FUENTE: INFOVATICANA