Última llamada de Pablo Iglesias a los votantes socialistas para que se suban al tren de Unidas Podemos este domingo. El líder morado espera dar la sorpresa en las urnas y volver a poner en evidencia a la demoscopia que, asegura, les han dado por muertos más de una vez. Apelando, por última vez en esta campaña electoral, a la Constitución y presumiendo un pacto entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y los de Albert Rivera, Iglesias lanzó un último grito a los indecisos de la izquierda y a los descontentos con la política. De ellos dependerá la fuerza negociadora de Unidas Podemos en el Congreso y, además, el futuro del secretario general al frente del partido.

Los ejes clave sobre los que Unidas Podemos ha estructurado su estrategia volvieron a esta presentes este viernes en el anfiteatro al aire libre del parque lineal del Manzanares, en Madrid, el acto más multitudinario de la campaña. Ante 6.000 personas, según la organización, Iglesias volvió a atacar a los poderosos, a alentar el miedo a un acuerdo entre socialistas liberales y a leer los artículos de la carta magna que dice que no se cumplen. Cerró así dos semanas en las que ha ido de menos a mas, creciéndose con el paso del tiempo, sobre todo, a partir de la celebración de los debates de RTVE AtresMedia en los que trató de alejarse de las discusiones y del clima de crispación predominante.

Ahora, voces dentro del partido defienden que atrás quedó ese escenario inicial en el que Unidas Podemos estaba en caída libre en la demoscopia, golpeados por la traición del cofundador del partido, Íñigo Errejón, que anunció de improviso su marcha a Más Madrid y con un líder desaparecido los tres meses anteriores a la convocatoria de elecciones. Los morados supieron aprovechar el escándalo de las cloacas del estado para regresar a un discurso más propio de los inicios de la formación y que se creía olvidado. El paso de Iglesias por la Audiencia Nacional para personarse como acusación en la investigación sobre la trama policial de la que había sido objeto Podemos en 2016 para impedir su entrada en el Gobierno les situó en el foco mediático, listos para arracar su lucha por los indecisos.

Indecisos, socialistas y desencantados

Iglesias volvió a buscar el voto de los que tienen pensado votar a Sánchez, a los que pidió diferenciar entre «los envoltorios sin contenido» y aquellos que traen garantías para aplicar políticas de izquierdas. Después, esgrimió que la papeleta de Unidas Podemos supone un «voto doble» para frenar a la derecha de PPCs Vox y para implantar un programa progresitas, buscando convocar a las urnas a los indecisos. Finalmente, sentenció que «el domingo es un día extraño porque ese día el voto de cualquiera vale igual que el voto de Botín, que el de Florentino Pérez y que el de Villar Mir», un guiño a los desencantados con la política.

En manos de estos votantes queda ahora, no solo la capacidad de negociación de Unidas Podemos en la próxima legislatura y la posiblidad de una mayoría progresista, sino cuál será el papel que juegue Iglesias dentro del partido en los próximos años. De cumplirse los pronósticos, lograrían una treintena de diputados, la mitad de lo que ahora tienen, situando al dirigente madrileño en el disparadero de salida, con Irene Montero como una más que previsible sustituta para dirigir la formación. No obstante, todo queda en conjeturas hasta que el domingo por la noche demuestren si han logrado convencer a indecisosprogresistas desencantados.
 
 

FUENTE: ELPERIODICO