DERROCHE DELICTIVO DE LOS ACTORES INDEPENDENTISTAS

 

LA DESBANDADA, titulaba el diario más influyente del avíspero español ¿o es EL PAIS tras el cese del liante Cebrián, de padre falangista de la vieja guardia con ideas socialistas pero sin la O de obrero, periódico de obligada lectura para estar informado de los chismorreos de las DIECISIETE ESPAÑAS que gobiernan a 46´5 millones de ciudadanos potreados por unos tres millones de separatistas viscerales con la ayuda neurótica de Pablo Iglesias, el jerarca de un populismo camaleónico de proyección internacional perfectamente financiado, aunque los venezolanos pasen hambre y sufran dolores de cabeza porque en las farmacias se han quedado sin aspirinas y supositorios para cortar las diarreas verbales de Maduro y sus sabios guionistas españoles acabados.                                                                                               

 

En mi anterior análisis sobre los ingresos gratis remitidos para engordar al separatista y sus compañeros de viaje neocomunistas y la derechona radical multimillonaria que dio a luz  el ínclito Jordi Pujol y familia, Arturo Más y Puigdemont, es una larga historia que merece un libro de un kilo de peso o un serial de TV que no caiga en las manos de la pareja marital de la SECTA TV y TV3, redactado en los despachos de la Generalidad santificada por el piadoso Junqueras ese hombre de bien que resiste en el Alcázar para ejemplo de la plebe política que huye o se refugia en el Parlamento Europeo. Una Generalidad  exclusiva que planificó un golpe de pecho o un complot santificado desde los celdas del monasterio de Montserrat, eso sí, utilizando  generosos millones de dinero público.

 
 

Un trozo de pastel económico llamado REPUBLICA DE CATALUÑA y caudales para medios de información para  alimentar el capítulo de publicidad institucional hoy de moda en la Región murciana y otros cacicatos. En Cataluña la operación de transferencias fue la releche padre, porque el famoso Rajoy no supo o tuvo miedo de aplicar paracetamol-155. De esa tarta de ciruelos preparada por los cabezas de huevo de la Moncloa para dar gusto a los exigentes golpistas y sus mercenarios instalados tan ricamente en el cuartel general  rebelde, víctimas del imperialismo español, nos ha costado unos  SETENTA MIL MILLONES, un déficit tan amplio y de números rojos similar al de la Banca que nos viene haciendo la puñeta a cero intereses si tienes abierta una cartilla o una cuenta corriente normalita o supernumeraria. 

 

 

De este derroche presuntamente o no, delictivo, las llamadas EMBAJADAS catalanas en doce naciones, tiraron la miseria de unos cinco mil millones para urdir la conspiración con afanes globales y reconocer a Cataluña como nación histórica independiente, dinero destinado a países gobernados por Estados con jefes imputados a medias. Esta OPERACIÓN AMARILLA de fichar amigos incondicionales contaba con la eficaz colaboración de una  unidad especial seleccionada de entre los Mozos, algunos de ellos capaces de ABATIR a cuatro terroristas a la vez. Por cierto, que poco se sabe sobre el desaparecido mayor Trapero del que se dicen cosas asombrosas, mentiras como que fué unos de los estrategas y  organizador de la escapada sideral del telemático Puigdemont, con la margarita en la mano. Si o no volver a España.

 

 
La órdiga. Ya se sabe que hace un mes, un juez, investigando los trapicheos golpistas y las cuentas de la Generalidad en Bruselas, denunciadas por el BBVA, llegó a saber las frecuentes transferencias por 140.000 euros a las «delegaciones» del gobierno catalán en Brujas, Ámsterdam, Croacia y Cabo Verde, movimientos bancarios días antes del golpe del uno de Octubre. Y otro en Gibraltar. Parte de este dinero público fue a manos de Puigdemont, posteriormente, y de sus ex consejeros que conducen el negocio soberanista. El desbarajuste de estos movimientos están siendo investigados, pero se teme que el ministro Montoro ni se entera o se ha enterado pero calla a la espera de que regrese el iluminado de Puigdemont como un general romano.

 
 

No, no es una historia truculenta. Sabemos, bien informados, que la bola de nieve aumenta su espesor. El Ministerio de Defensa ha hecho conocer un amplio informe en el que se culpa, por primera vez, al Gobierno del ruso Putin, de aprovechar el órdago catalán para DESESTABILIZAR A ESPAÑA. Un globo sonda o una estupidez, ya en septiembre se publicó lo mismo en MURCIA TRANSPARENTE, con ilustraciones gráficas. Suponemos que el ex espía de la KGB se habrá echado a reír. Y que la inteligencia española del CNI se habrá quedado descansando de tanto esfuerzo. Si, nuestros agentes de los servicios secretos necesitan más medios y una renovación directiva, pero sin que meta mano la vicepresidenta Soraya, ahora haciendo el papel de Mata Hari, cuya imagen poderosa creció tras mandar de vacaciones al ex director de EL MUNDO, Pedro J. Ramírez, y potenciar la Sexta, que desde el bajón de Pablo Iglesias ha perdido audiencia.

 

 

No vamos a privarnos de escribirlo para general conocimiento del personal español decente y militantes de la mayoría silenciosa. Fuentes competentes nos han contado, con las naturales reservas, que el PROCÉS catalán lleva derrochando, despilfarrando y tirando al blanco español, en los dos últimos años, unos ciento sesenta millones de euros, dólares, rublos, libras y francos suizos, en dinero ennegrecido. Una muestra singular. En el pasado partido de fútbol entre el Barsa y el Celta de Vigo, en la Ciudad Condal, en su estadio, se repartieron VEINTE MIL banderolas en las que se pedía la libertad de Junqueras y sus colaboradores directos en la intentona golpista.                                                                           

 

ITEM MAS.- Así mismo se emplearon millones como fianzas judiciales, que se pagaron a tocateja y en pocas horas. Todo una ola financiera, porque en la capital catalana, desde donde escribo, circula la noticia de que unos cuatrocientos empresarios, muy espesos, menos y entusiastas pagan el impuesto revolucionario que tantas alegrías dieron en Euskadi de la mano de ETA. Intuímos que las cabezas intelectuales han salido de las mismas madrigueras. Incluyo préstamos. El otro milagro es el puente establecido entre la Venezuela de Maduro y los populistas portugueses, aunque el padrino chavista anda muy pero que muy molesto con nuestros hermanos vecinos, porque no enviaron a Caracas un barco de jamones para repartir entre los militantes en estos días pasados de Navidad. No es un chiste. Lo he leído en LE MONDE, que comentaba, algo chusco, que el carcelero culpaba de la faena al capitalismo europeo cuya cabeza dirigente ha nacido en Lisboa.                                               

 

 
 
 

JOSE JUAN CANO VERA