Tabarnia está aquí para quedarse. No está muy claro de dónde surgió la idea, pero ha calado. Y es que la propuesta tiene gracia y tiene lógica. De hecho, uno de los grandes aciertos de sus promotores ha sido el uso del mismo argumentario del nacionalismo.

El mismo, con un único cambio: donde pone Cataluña/España, a partir de ahora que ponga Tabarnia/Cataluña: democracia, derecho a decidir, queremos ser buenos vecinos pero tenemos derecho a irnos si así lo escogemos, no queremos estar unidos a regiones que tienen intereses diferentes… A cualquier razón (incluso a las más tramposas) que el secesionismo ponga encima de la mesa, para exigir un referéndum o la independencia, se le puede dar la vuelta. Y es que, si Cataluña tiene derecho a una reclamación, sea la que sea, por qué no Tabarnia.

Pues bien, también en el ámbito económico, los argumentos de los autonomistas (así podría denominarse a quienes quieren crear una nueva región dentro de España) tienen mucho peso. En realidad, en algunos aspectos podría decirse que tienen más peso que los del nacionalismo. Por ejemplo, en lo que tiene que ver con las balanzas fiscales o las inversiones. Se puede coger casi cualquier ratio, comparación o estadística: si «Espanya ens roba» como dicen (a veces de forma explícita y otras con insinuaciones) los nacionalistas catalanes, ni se imaginan lo que Tractoria roba a Tabarnia.

Las siguientes cifras están sacadas del informe Las balanzas fiscales dentro de Cataluña de Convivencia Cívica Catalana (CCC). Es el más riguroso intento que se ha hecho en los últimos años de realizar un análisis de los ingresos fiscales e inversiones públicas dentro de Cataluña. Los autores advierten de que no tienen todos los datos a nivel desagregado, porque no pueden tenerlos. La Generalidad catalana, la misma que exige al Ministerio de Hacienda que publique las balanzas fiscales a nivel nacional, oculta sus propios datos para que no se sepa cuánto pagan y cuánto reciben sus provincias y comarcas (en la página 31 del informe de CCC están los detalles sobre cómo se ha hecho el cálculo a nivel comarcal).

Hasta ahora las cuentas se hacían casi siempre a nivel provincial. Los resultados eran los previsibles: Barcelona aporta la gran mayoría de los impuestos que recauda la Generalidad (más del 80% sea cuál sea la metodología de cálculo escogida) pero recibe un porcentaje mucho menor de los gastos de la administración autonómica (alrededor del 65%).

Pues bien, si miramos a Tabarnia, los datos son similares. De hecho, si acaso son un poco peores. Si el desequilibrio fiscal es un motivo para la independencia, las diez comarcas no secesionistas (Barcelonés, Vallés Occidental, Bajo Llobregat, El Maresme, Vallés Oriental, Tarragonés, Bajo Campo, Garraf, Alto Penedés, Bajo Penedés) tienen razones mucho más convincentes, para la reclamación de una autonomía propia, que sus vecinos de Lérida o Gerona para el referéndum que exigen Carles Puigdemont y Oriol Junqueras que les abra las puertas a la separación del resto de España.

35 euros

Las principales cifras están recogidas en el siguiente cuadro. Muestra ingresos por impuestos y gasto público de la Generalidad en las diez comarcas que forman Tabarnia. Como vemos, la mayoría de estas comarcas sufren lo que los nacionalistas denominan como «expolio»: es decir, que reciben menos gasto que la cantidad que pagan en impuestos. No todas las zonas tabarnienses están en negativo. Por ejemplo, Tarragonés tiene un saldo positivo con el resto de Cataluña. Pero en conjunto, las zonas de voto constitucionalista salen claramente perdedoras.

Destaca el caso de Barcelonés, la comarca que en la que se encuentra la ciudad de Barcelona, que aporta casi el 38% de los ingresos de la Generalidad pero sólo recibe el 24% de los gastos. O por decirlo de otra manera: de cada 100 euros en impuestos que pagan sus habitantes, sólo retornan 64,6 en gastos. Los otros 35 euros van a financiar servicios públicos en el resto de Cataluña (eso es lo que refleja la última columna del cuadro).

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Y si las cifras de Tabarnia son claras, las del resto de Cataluña son también muy elocuentes, pero en sentido contrario. Las zonas independentistas reciben 189 euros de gasto por cada 100 euros que pagan en impuestos a la Generalidad.

El ‘expolio’

Quizás la comparación esté más clara con el siguiente cuadro. En el mismo se resumen las cifras de Cataluña vs España y las de Tabarnia vs Cataluña. Y como puede verse, las dos últimas columnas son casi calcadas. En los dos casos, las regiones ricas y con más densidad de población aportan mucho más en impuestos de lo que reciben en gasto.

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Como hemos explicado en otras ocasiones, esto es algo que pasa en España, en Tabarnia… y en el 99% de las regiones del mundo. Y no, no es un expolio: simplemente es lo normal cuando tienes sistemas fiscales progresivos y una redistribución del gasto similar a la que se practica en casi todos los países ricos. Aquí hay margen para el debate sobre si esos modelos fiscales son los más eficientes, justos, equitativos… Pero más allá de esa cuestión, el problema de verdad surge cuando el nacionalismo catalán intenta utilizar unas cifrasque no tienen mayor misterio y que serían similares en cualquier otro país de nuestro entorno para manipular, enfrentar a unos ciudadanos contra otros, denunciar supuestos agravios o acusar al resto de España de discriminación o maltrato.

Tampoco con las balanzas fiscales de Tabarnia se termina el problema, pero lo sitúa en sus justos términos. Y un apunte interesante: dado que las regiones rurales de Cataluña tienen una balanza fiscal con Tabarnia similar (aunque en sentido contrario) a la que Cataluña tiene con el resto de España, todo parece indicar que su relación de impuestos pagados-gastos recibidos con el conjunto del país no sería ni mucho menos la que denuncia el nacionalismo catalán. Es decir, es cierto que Cataluña paga más impuestos que los gastos que recibe (como todas las regiones ricas, aunque a mucha distancia de Madrid, que tiene una balanza fiscal mucho más deficitaria); pero no es menos cierto que las cifras apuntan a que ese desequilibrio se genera sobre todo en las zonas no independentistas. Nadie ha hecho las cuentas exactas, pero no estaría mal ponerse a la tarea. Porque, por paradójico que pueda parecer, todo indica que muchos de esos políticos (y votantes) nacionalistas que abanderan la causa del agravio permanente y del «Espanya ens roba» lo estarían haciendo en pueblos y comarcas que no sólo no son contribuyentes netos al conjunto del país, sino que reciben la ayuda del resto del maligno Estado español. Sería un cálculo y un dato interesante. No parece que haya muchas posibilidades de que ningún nacionalista reclame que esa balanza fiscal también se publique.

 

 

 

 

 

 

 

FUENTE: LIBERTADDIGITAL