Gustavo Zanchetta, que renunció hace año y medio al obispado argentino de Orán (Salta) alegando motivos de salud, dejó en realidad dicha sede tras ser acusado de abusos sexuales y de poder, recoge hoy la prensa argentina. En la actualidad es asesor de la ‘inmobiliaria’ vaticana, el APSA, un cargo que creó ‘ad hoc’ el Santo Padre.

Hace año y medio, el 29 de julio de causó perplejidad en los ambientes clericales la renuncia voluntaria del obispo de Orán (Salta), Gustavo Óscar Zanchetta, por motivos de salud. Tan repentina fue su marcha que ni siquiera se despidió de sus sacerdotes ni de sus feligreses. ¿Qué grave enfermedad podía obligar al obispo, de solo 53 años, a abandonar la sede que le había sido confiada por el Papa Francisco solo unos años atrás, en 2013, siendo un simple sacerdote?

La nota de renuncia del propio Zenchetta no lo aclaraba, y parecía una enfermedad realmente extraña porque nada más dejar la diócesis, en lugar de ingresar en un hospital, se fue a gozar de la hospitalidad de  su buen amigo el arzobispo de Corrientes, de quien se sabe que tuvo mano en su nombramiento como ordinario de Orán. Y solo dos meses después sería fotografiado en Madrid, participando en un curso académico en la Universidad Eclesiástica San Dámaso, esta vez disfrutando de la generosa hospitalidad del arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, con quien convivió varias semanas.

Sea cual fuere la misteriosa enfermedad, parece que quedó curado, quizá milagrosamente, porque solo cinco meses después fijaba su residencia en Santa Marta, en casa del Papa Francisco, que pronto crearía para él un nuevo puesto, el de ‘asesor’ en el APSA, la oficina dirigida por Nunzio Galantino que gestiona 5.000 propiedades inmobiliarias no sacras del Vaticano.

Y aquí habría quedado la cosa, sino fuera por el titular aparecido el viernes en el diario argentino El Tribuno: ‘La salida del obispo Zanchetta, de Orán, se debió a denuncias de abusos’. Sí, parece ser que fue el propio Papa quien destituyó a Zanchetta después de conocer “denuncias que provinieron del mismo clero que lo acusó de diferentes tipos de abuso, entre ellos de abuso sexual dentro del seminario fundado por él mismo y que dejará de funcionar a partir del año próximo”, aclara el diario.

Era, en parte, un secreto a voces que precedía a su nombramiento como obispo, un nombramiento que tiene toda la apariencia de ‘alejamiento’ del lugar del delito. Y es que la fama del sacerdote cuando ejercía en la Diócesis de Quilmes dejaba bastante que desear, como se hizo público. En el verano de 2013, poco después de su nombramiento en Orán, la publicación argentina Página|12 difundió una serie de durísimos testimonios contra él, incluyendo declaraciones como “Este no es un pastor con olor a oveja sino a lobo”, “el tipo es un hijo de puta y un degenerado, lamentablemente no puedo denunciarlo” y “hubo abusos en el seminario, de alguna manera él era el jefe y sometía a algunos chicos”, por parte de seminaristas, sacerdotes y feligreses.

Zanchetta fue acusado, entre otras cosas, de ofrecerle a una persona un trabajo en un colegio de Florencio Varela “a cambio de algún servicio” y de abusar de seminaristas que estaban bajo su mando. Y además de esos abusos de poder y sexuales, fue acusado de protagonizar varios “desmanejos económicos”. Tan expuesto quedó que varios laicos y religiosos se opusieron a su designación como obispo de Orán.

El Tribuno cita fuentes según las cuales el propio superior de Zanchetta, el arzobispo de Salta Mario Cargnello, tramitó el año pasado las denuncias de tres sacerdotes contra Zanchetta. Por otra parte, se alega que los seminaristas abusados por el exobispo de Orán podrían llegar a la decena, lo que habría llevado al cierre de un seminario creado solo cinco años antes por el propio Zanchetta.

A continuación el reportaje publicado hoy por Clarín:

A un año y medio de la renuncia al Obispado de Orán (Salta) de su responsable, Gustavo Zanchetta, se conoció que en realidad el sacerdote fue desplazado por el Papa Francisco. La remoción de su cargo al frente del Obispado habría sido decidida a partir de las denuncias que provinieron de otros integrantes del propio clero, que lo acusaron por diferentes tipos de abuso, entre ellos sexual y de poder, dentro del seminario fundado por él mismo y que dejará de funcionar a partir del año próximo.

Lo reveló una investigación del diario El Tribuno de Salta, que levantó polvareda en la provincia: asegura que las denuncias no sólo dividieron al clero local, sino que también calaron hondo entre los religiosos más allá de Orán. Además, pone en duda los motivos de los traslados de tres sacerdotes (que habrían sido algo así como una penitencia), quienes denunciaron a Zanchetta por abuso sexual a 3 seminaristas y por abuso de poder contra otros 10 seminaristas, delitos que se habrían concretado entre 2014 y 2015.

La denuncia de los sacerdotes fue realizada ante la Nunciatura Apostólica de la Santa Sede en Buenos Aires, sólo para que quede asentado, “pero no se trata de una denuncia penal porque reina el miedo y temen quedar escrachados y que se tomen represalias contra ellos”, contó a Clarín una fuente muy cercana al clero de Salta.

“Son chicos, están aterrados, y las víctimas de abuso ya dejaron el seminario porque no quieren saber absolutamente nada vinculado con la Iglesia. Y eso que un juez les aseguró protección y blindaje. Yo pude hablar con uno de los chicos que fue víctima de Zanchetta hace una semana y me dijo que se va a animar a hablar, pero necesita tiempo”, amplió.

En agosto de 2017, Zanchetta difundió una carta a la comunidad diocesana de Orán en la que daba su versión de los motivos de su “renuncia”, fórmula elegante para maquillar la destitución del Papa. “Desde hace tiempo un problema de salud no me permite llevar plenamente el ministerio pastoral que me fue confiado, sobre todo teniendo en cuenta la vasta extensión de nuestro territorio diocesano, y los enormes desafíos que tenemos como Iglesia en el norte de la patria”, fundamentó.

Es una vil mentira, Zanchetta no tuvo, ni tiene problemas de salud. El cometió el error de acelerar su partida y eso despertó sospechas. En lugar de irse el 31 de agosto de 2017, que es el día de fiesta de la Diócesis de Orán, se fue un mes antes, el 29 de julio”, afirma la fuente.

En la edición del 19 de diciembre de 2017, Clarín consignaba que elPapa Francisco designaba al obispo emérito de Orán, Gustavo Zanchetta, como “asesor” de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA), conocida como “la inmobiliaria” que gestiona más de 5.000 propiedades del Vaticano, es decir que maneja más de 3.000 millones de dólares.

La persona que habló con este diario, que insistió en el anonimato porque “el poder de Zanchetta llega a altas esferas de la provincia de Salta y puede hacer lo que quiera con nosotros”, está convencido de que el Papa Francisco sabe de los abusos sexuales y de poder, “y que se lo llevó a Roma para tenerlo controlado. Si bien está al frente de APSA no tiene las riendas, aunque tiene un amigo muy poderoso que es el italiano Doménico Calcagno, que era el jefe de APSA”.

También admitió que Zanchetta abusó de su poder económico con muchos sacerdotes para acallarlos, regalándoles dinero, ropa y computadoras. “Con los seminaristas a los que abusó los silenciaba así: un par de zapatillas, una notebook, ropa importada. Pensá que los chicos acá tienen lo mínimo indispensable”, remarcó.

Cuando se le consultó puntualmente cómo fue el abuso contra los jóvenes de entre 20 y 25 años, enumeró: “Masturbación, manoseo, presión psicológica y de poder, extorsionándolos o estimulándolos con obsequios”. Y una prueba reveladora que habría llegado a las altas cumbres eclesiásticas: “Se metía en páginas porno gay e intercambiaba fotos suyas desnudo, en las que a veces estaba acompañado”.

¿Cuál es la actualidad de Zanchetta? Según se pudo averiguar, se encuentra en Roma, con muchísimo miedo y haciendo llamados a la Argentina “psicopateando a presuntos débiles” para intentar que sus delitos no sigan recorriendo kilómetros. ¿Cómo? Pidiendo que se lo defienda y que se desmientan las versiones que manchan su imagen.

 

 

FUENTE: INFOVATICANA