Cuando el ministro Màxim Huerta tomó posesión de su cargo en el primer Gobierno del PSOE, en uno de sus primeros actos acudió al teatro. Allí le llegó que El Confidencial tenía información de que había sido condenado por utilizar una sociedad para tratar de engañar a Hacienda. Se quedó paralizado y, sólo unas horas después, dimitió.

No era el primer cargo al que se le atragantaban informaciones de este diario. Solo unos meses antes, la entonces presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, del PP, desayunó con la noticia de que el acta que avalaba su máster tenía firmas falsificadas. Cifuentes podía saber por su compañero de partido José Manuel Soria que este diario no se arredraba. La publicación de los papeles de Panamá, junto al Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), costó su puesto de ministro al mentir en las explicaciones sobre la sociedad ‘offshore’ en la que había tenido firma.

El periodismo de investigación, marca de El Confidencial, nos ha enfrentado a políticos y grandes empresas, por ejemplo, en las exclusivas sobre las operaciones encubiertas del comisario Villarejo. Pero no solo inquieta a los partidos y a las multinacionales. Los primeros en contar los manejos fiscales de Cristiano Ronaldo en Irlanda y que le iba a denunciar Hacienda fue El Confidencial. También revelamos que el partido Huesca-Nástic de Segunda División había sido amañado. Un año después, el resultado fue la operación Oikos, el mayor caso contra la manipulación de partidos de fútbol de todo el mundo.

«No debes ser tú quien le tenga miedo, sino él a ti, al verte aparecer con tu libreta»

Ahora hemos dejado al descubierto las falsedades del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, que aseguró que no había interferido en el informe de la Guardia Civil sobre el 8-M, pero una nota interna desvelada por este diario con el sello de «reservada» demuestra que fue destituido por “no informar del desarrollo de investigaciones y actuaciones de la Guardia Civil, en el marco operativo y de Policía Judicial, con fines de conocimiento”. No fue, como había dicho Marlaska en sede parlamentaria y ante la prensa, «una reestructuración normal de equipos».

Contaba Arturo Pérez-Reverte que su primer maestro en periodismo le mandó a entrevistar a un alcalde y que él, joven reportero, iba temblando. Este le avisó: «No debes ser tú quien le tenga miedo, sino él a ti, al verte aparecer con tu libreta».

La crisis del covid y de la prensa nos pone a los medios en una situación compleja por la caída de la publicidad. Porque sin beneficios no hay valentía posible. Por eso les pedimos que se suscriban. Para que, con su ayuda, sigamos con el periodismo de investigación que desde hace 20 años nos caracteriza. Con la misma independencia. Sin miedo.

 

 

FUENTE: ELCONFIDENCIAL