De lo que si estoy convencido es que la preparación y capacidad de los políticos es lo que hace mejor a un Equipo de Gobierno y no al revés. Cuando están en la oposición buscan referentes y esperan esos mensajes que no se dicen pero que hay que saber leerlos, para intentar discernir a que vagón y tren subirse, cuando, como y donde hay que estar para tener opciones de llegar.”Hay demasiados profetas, profesionales de la libertad, que hacen del aire bandera, un pretexto inútil para respirar. En una noche infinita, que va meciendo este gran ataúd, donde olvidamos que el día solo es un punto, un punto de luz. La ciencia es una estrategia, es una forma de atar la verdad, que es algo más que materia, pues el misterio se oculta detrás”. (L.E.AUTE)
Se va entrando de lleno en esta legislatura y los últimos acontecimientos van a dejar todo patas arriba, y hay que recordar que los ciudadanos también tienen opinión y que por norma acaban teniendo razón. Tras recordar y homenajear a nuestros muertos, habrá que ejecutar las soluciones a la crisis económica y política que se avecinan y cuyas dimensiones son incalculables. Solo algo queda claro: La legislatura está perdida y habrá que pensar en el día después y convenir con todos una agenda de consenso, Presupuestos, iniciativas sociales, económicas, financiación autonómica y estatal… Todo son expectativas probables o sorpresas inesperadas, emoción o decepción. Poner en marcha un Gobierno de concentración y reconstrucción para salvar Mazarrón que requerirá la unidad de todas las fuerzas políticas. Nadie podrá apartarse y todos tendrán que hacer su particular sacrificio.
Es el momento de la reiterativa frase “me han puesto en el cargo por méritos propios”, y no esta otra de “me han quitado de en medio sin motivos”. Hagamos unas reflexiones sin entrar en la crítica fácil. En primer lugar la frase “escoger a los mejores y más preparados para la candidatura” es muy peculiar pero, tal como está montado este miserable tinglado de poder, suena a música celestial. Y por otro lado ”los que entran por las que salen” o, aquella tan manida de “tanto monta monta tanto”, encajan de lleno en el organigrama local, pues consabido es que el régimen clientelar no permitiría nunca que los más capaces, libres de ataduras y con personalidad o criterio propio llegaran al poder para tomar decisiones inhabituales.
Al final cada cuatro años las elecciones y los votos, el “Gran Sanedrín y los “despachos influencers” con el marcaje de la “logia caciquil”, hipotecan la elección. Con lo que cada bando, despacho o clan, receptor y repartidor, presiona a los partidos buscando su beneficio y representatividad. Si cogemos como ejemplo las listas de las últimas tres o cuatro elecciones, veremos que en los primeros lugares casi siempre aparecen algunos personajes maleables de ideología, categoría y convicciones un tanto ambiguas.
“En tiempos de incertidumbre y desesperanza es coherente y conveniente gestar proyectos colectivos desde donde impulsar un futuro cargado de esperanza”.
Son muchos años viviendo de la ubre pública, del partido, del enchufe, de papá o de mamá como para querer despertar en sus embrutecidos cerebros ese sabio instinto que nos conduce a encontrar soluciones.Todo se nos antoja inútil por su falta de utilidad, aunque parezca una perogrullada. Como también es inútil la equidistancia de los bienintencionados que, queriendo empatizar con todos, acaban por situarse siempre del lado malo del muro.
El que pregunta a «los mentores adivinos del Sanedrín» el futuro, falsifica incoscientemente una insinuación interior de los acontecimientos venideros que es mil veces más exacta que cualquier cosa que puedan decir.
La campaña mediática del CORONAVIRUS es tan ruin como miserable. Hay que ser optimistas porque esto lo vamos a superar entre todos. Lo dicen quienes tienen mascarillas, tests, atención médica privilegiada, los que ingresan en suites de la sanidad privada, los que cobran sus desproporcionados sueldos pase lo que pase, los que no han de preocuparse de sí, cuando esto acabe, estarán en el paro y arruinados, los que se han negado a dejar de cobrar en tiempos de emergencia sanitaria y social, los que no han sabido tomar ninguna medida útil para que sus compatriotas puedan sobrellevar mejor este tiempo de dolor e incertidumbre, los que nos han mentido para mantener sus manifestaciones, sus eslóganes, sus clichés basados en el odio y la rabia.
DICEN LOS MENTORES MUVEHILOS A CERCA DE LA NUEVA ESTIRPE : «NO DEBEMOS ENSEÑARLES LO SUFICIENTE PARA QUE PUEDAN VALERSE SIN NOSOTROS».
Negar la evidencia supone una actitud de cabezonería o de ceguedad. Se trata de no querer ver lo que está ahí delante de nosotros. La idea es una luz que nos hace ver. No hay peor ciego que el que no quiere ver. La sinrazón niega la luz del conocimiento.
Cuando ahora se habla tanto de la mordaza que se nos intenta imponer a los que opinamos no puedes por menos que sonreír amargamente. Más allá de la consigna y el artículo, existe una tierra de nadie en la que, entre trincheras y amenazas, nos arrastramos quienes decidimos estar en el frente de las ideas. Y allí ya no queda nada. No quedan palabras. No hay adjetivos. Solo el silencio más terrible, el que nace de la persecución sesgada que nos golpea brutalmente como una bala recibida en el vientre, que te condena al ostracismo más sectario y dañino, dolorosísimo, si no recibes auxilio rápidamente de compañeros escribidores, familia y amigos.
La estrategia de Cs combina la «lealtad» al Equipo de Gobierno en la crisis con la presentación de propuestas para lograr una coordinación estable, de ahí que insista en la necesidad de reunir a los líderes de los distintos partidos para «consensuar» las iniciativas antes de que sean aprobadas por el Gobierno Municipal. Pero lamenta que «nadie llame».
La política además de lealtad es diálogo y más diálogo, escenificar y convenir por el bien del pueblo, eso sí, sin meter la mano a la capaza y cartera de la gente para llenar las suyas.
Cada día, justificándose en la libertad de pensar y en la de expresión, los redistas insultan al pensamiento y la libre expresión. Llenan de estiércol la red. No pueden vivir sin lo suyo. Sin pensamiento critico, necesitan un líder, un profeta. Los liderazgos mesiánicos, sin discusión crítica, siempre necesitan y siempre tendrán incondicionales, lameojetes y ascáridos baboseantes que les rían las corruptelas y el sectarismo más ruines.
Sin duda, la política requiere un cierto grado de profesionalización. El que vive para la política, de la política ha de vivir. Pero dentro de un orden. Un exceso de profesionalización puede resultar perjudicial. Cuando una persona decide vivir siempre de la política, o cuando no tiene la posibilidad de ganarse la vida de otra forma que no sea en la política, inevitablemente pierde capacidad crítica, y libertad de contradecir a los dirigentes que le proporcionan la permanencia en los puestos políticos. Y esta amputación de la iniciativa personal, adocena y empobrece la vida política. El interés personal de permanecer en el puesto político se antepone a la defensa de los intereses generales. Y este afán de permanecer origina, a su vez, otra consecuencia: la patrimonialización de las estructuras de los partidos.