La desembocadura del río Segura en Guardamar (Alicante) es el lugar más vergonzoso y vergonzante de Europa. Un espacio natural que antiguamente tuvo una biodiversidad brutal, incomparable, y que ahora mismo se ha convertido en un espacio maloliente de plásticos y basuras. Cuanto más lo visito y lo conozco, más asco y vergüenza siento.

El pasado fin de semana, vecinos y activistas de Greenpeace hicieron una recogida de plásticos en ese estercolero acuático. A pesar de que la Confederación Hidrográfica del Segura limpiara la desembocadura del río unos días antes, intentando adelantarse a la “visita” de los ecologistas, los envases plásticos ya habían vuelto a acumularse en la zona, ante la indignación de los vecinos. Cientos de ellos, provistos de guantes y bolsas, respondieron a la convocatoria para recoger la enorme cantidad de plásticos del área y, sobre todo, señalar a las principales marcas responsables de esta contaminación.

Unas 500 personas voluntarias han recogido, en apenas unas horas, 18.000 litros de basura (unos 18 metros cúbicos). Las imágenes distribuidas por Greenpeace de estos trabajos resultan escandalosas.

Del río al mar y a la playa

La avalancha plástica del área deja un continuo manto de microplásticos en la playa aledaña de Els Tossals, perfectamente perceptible a simple vista. Una situación insostenible que ha denunciado Greenpeace en el marco de su campaña Maldito Plástico.

Según denuncia Greenpeace, el Segura sigue siendo un emblema de la inacción de las empresas productoras de envases plásticos de usar y tirar, que deberían gestionar cada envase que ponen en el mercado. “Es evidente, tal y como llevamos todo el mes evidenciando en esta campaña, que sólo una cuarta parte de ellos se recicla, pasando el resto a contaminar el medioambiente”, ha declarado Alba García, responsable de Plásticos en Greenpeace.

 

 

FUENTE: 20MINUTOS