Cuando Rivera mantuvo sus primeras reuniones con altos cargos de las empresas más importantes del país, las formaciones a su izquierda le colgaron el sambenito de «partido del Ibex». Ahora, estas corporaciones -CEOE a la cabeza- piden a Ciudadanos que enmiende su veto a Sánchez y pacte con el PSOE. «No existe esa posibilidad. No lo haremos. Pase lo que pase», zanja un dirigente de los liberales.

Varios ministros, tal y como relató este diario, ya han trasladado a banqueros y empresarios su intención de no incluir ministros de Podemos en el próximo Gobierno. Ahora, los de Rivera replican irónicos: «El PSOE es el partido del Ibex».

En la sala de máquinas de Ciudadanos no han sorprendido las presiones recibidas, unas públicas y otras privadas, en este sentido. Un miembro de la Ejecutiva naranja revela que esos sibilinos intentos de seducción se han «recrudecido» tras las elecciones, una vez que la urnas han arrojado la posibilidad de que Sánchez y Rivera resuciten el Pacto del Abrazo. «No se esperaban la rotundidad y claridad de nuestra reacción», desgrana esta fuente.

Lo dice con la vista puesta en declaraciones como las de Albert Rivera esta semana, que respondió así al lobby empresarial en una entrevista con Ana Rosa: «Han votado los españoles, no la CEOE ni un banco».

Pablo Iglesias verbaliza con insistencia su deseo de engrosar el nuevo Gobierno. La última vez fue este miércoles, en la manifestación del Día del Trabajador: «No lo pido yo, lo han decidido los españoles», espetó. Si Sánchez no recoge ese guante, se antoja complicado que el partido de los círculos le invista para que prosiga con su mandato en solitario.

Por tanto, el líder socialista se ve obligado a mirar a Ciudadanos, que también ha testado el ímpetu de los bancos y las empresas del Ibex. «No tendremos complejos. De verdad, cuando reiteramos nuestro ‘no’, no estamos sobreactuando. Es un ‘no’ de verdad», responde uno de los mandatarios más visibles de los naranjas.

La noche electoral, Sánchez escuchó a sus bases gritar: «¡Con Rivera, no!». Algo parecido le encomendaron los sindicatos durante la manifestación del 1 de mayo. Él, sin embargo, habla de tender la mano a «todos los partidos constitucionales». Claro guiño a Ciudadanos, que ya anticipó José Luis Ábalos en una entrevista con EL ESPAÑOL.

De la CEOE al Banco Santander

Un editorial de The Economist publicado a finales del pasado febrero abrió la veda a esas presiones empresariales por un pacto PSOE-Ciudadanos. El texto del semanario británico tachó de «sectario» el veto absoluto de Rivera a Sánchez y apuntó: «España necesita una coalición de sensatos».

De cara a las autonómicas, los de Rivera no retirarán esa muralla, sino todo lo contrario. Además, las urnas han refrendado lo «acertado» de su estrategia: «Nos decían que nos habíamos pegado un tiro en el pie. ¿Qué pasa ahora? 57 escaños».

Tras las elecciones, llegó el posicionamiento de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales. Su presidente, Antonio Garamendi, llamó a la «estabilidad y la moderación» en una clara apuesta por un pacto de «centro izquierda». Llegó a pedir a Ciudadanos su abstención en la votación de investidura y la participación en «acuerdos de interés general».

Después, los analistas del Banco Santander, en un informe de consumo interno, dejaron por escrito las bondades de un acuerdo entre Sánchez y Rivera: «La postura liberal de Cs sería mejor recibida que el populismo de Unidas Podemos».

«Nos da igual. Si querían que gobernara Ciudadanos, que hubieran hecho campaña por nosotros», recopila un portavoz autorizado de los liberales.

 
 

FUENTE: ELESPAÑOL