El chófer de Luis Bárcenas, Sergio Ríos, que el 23 de octubre de 2013 ya trabajaba como topo del Ministerio del Interior, se hallaba en las inmediaciones del domicilio familiar del ex tesorero del PP en el momento en que el falso cura, un mercenario comprado con fondos reservados por el Ministerio del Interior,secuestraba a su mujer Rosalía Iglesias y a su hijo Guillermo..

El conductor, que también había sido sobornado con fondos reservados de la Policía para facilitar información sobre los movimientos de los Bárcenas, se encontraba tan cerca de la residencia madrileña de Príncipe de Vergara quellegó antes que nadie al lugar de los hechos y tuvo hasta tiempo de auxiliar al hijo de Bárcenas cuando éste forcejeaba con el secuestrador.

Pero el hecho de que el conductor Ríos Esgueva se encontrara tan cerca de la vivienda suscita ahora sospechas en la familia Bárcenas porque la tarde del secuestro disfrutaba de una libranza en su puesto de trabajo y, por tanto, no tenía motivos para hallarse en la zona.

OKDIARIO desveló que la Policía pactó con el delincuente Enrique Olivares el pago de cincuenta mil euros de fondos reservados por secuestrar en octubre de 2013 a la familia Bárcenas y recuperar tres pendrives con información sensible que afectaba a Mariano Rajoy, Soraya Sáenz de Santamaría, María Dolores de Cospedal y Javier Arenas.

Fuentes de Interior manifestaron a OKDIARIO que el chófer, que había facilitado a sus controladores los datos de la distribución del piso del ex tesorero, había recibido también instrucciones de la Policía para que ese día se mantuviera alejado de la residencia de los Bárcenas.

Sin embargo,  el operativo policial para recuperar los pendrives del ex tesorero resultó todo un fiasco y culminó con la detención del falso cura. Enrique Olivares realmente era un delincuente común con una amplia ficha de antecedentes policiales.

La coartada del chófer

Tras los gritos de socorro de la empleada de hogar de los Bárcenas y una vecina, fue el mismo Ríos quien liberó a Rosalía Iglesias de las bridas colocadas en sus muñecas por el secuestrador. La rápida intervención del chófer en la resolución del secuestro despertó una serie de dudas en el seno de los Bárcenas. Desde entonces se han repetido una pregunta: ¿qué pintaba el chófer allí cuando aquel era su día libre?.

El chófer traidor llegó antes que nadie al secuestro de los Bárcenas pese a que ese día libraba

Y Rosalía Iglesias quiso encontrar una respuesta a esa pregunta cuando leyó en OKDIARIO que el chófer había trabajado en su familia como topo entre los años 2013 y 2014, misión por la que había sido recompensado con 48.000 euros de los fondos reservados del Ministerio del Interior y una plaza de subinspector en el Cuerpo Nacional de Policía (CNP).

Horas después del secuestro, cuando Sergio Ríos fue interrogado por los agentes de la Brigada Provincial de Información de Madrid, manifestó que se encontraba en la zona cuando recibió una llamada del portero de un portal vecino. Éste le alertó de que en el domicilio de los Bárcenas había un hombre con un arma de fuego amenazando a la familia.

Según Ríos, salió corriendo hacia el piso de Príncipe de Vergara y llegó cuando Guillermo Bárcenas forcejeaba en el suelo con el secuestrador. Lo primero que hizo fue ayudar al hijo del ex tesorero a reducir al delincuente hasta que se personó la Policía, que había sido avisada por una vecina del tercero.

Resultaba increíble que el conductor de Bárcenas se presentara en el domicilio al mismo tiempo que la Policía Municipal y los agentes de la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana, que habían recibido el aviso antes que él. Diez minutos antes, los vecinos habían escuchados gritos de “auxilio policía” desde el balcón de la vivienda de Bárcenas.

En en el lugar de los hechos también se personaron los funcionarios de la Sección de Delitos Violentos (DEVI) de la Brigada Provincial de Policía Científica para realizar la inspección ocular técnico-policial, como se conoce en el argot de la seguridad.

Ríos se presentaba como amigo de la familia

El conductor de Bárcenas aseguró a los agentes que se encontraba con su esposa en la calle General Díaz Porlier donde ella trabajaba en una tienda de ropa. Según el chófer, fue avisado por un conserje, con quien tenía amistad, de que una persona estaba pidiendo auxilio.

Ríos Esgueva no se vio obligado a facilitar el nombre del portero del inmueble de Príncipe de Vergara ni a aportar más datos porque en aquellos días nadie sospechaba de su condición de topo. Sobre todo, porque él mismo se presentó ante la Policía como “una persona de confianza y amigo de la familia”, como queda reflejado en el atestado policial.

El chófer traidor llegó antes que nadie al secuestro de los Bárcenas pese a que ese día libraba

Lo sorprendente es que el chófer, en su día libre, tuvo tiempo de sobra para llegar a la vivienda desde la calle Díaz Porlier y encontrarse a Rosalía Iglesias gritando y a Guillermo Bárcenas forcejeando con el falso cura. Y, según su confesión, pudo también ayudar al hijo del ex tesorero a reducir al delincuente mientras éste vociferaba: “Rajoy, yo no quería dinero. Lo que quiero son los discos duros. Quiero derrocar al fascismo”.

Esa era la consigna pactada por el falso cura con sus controladores de la Policía para desviar la atención sobre su verdadera motivación para perpetrar el triple secuestro. Finalmente, OKDIARIO ha podido demostrar, según el testimonio de quienes participaron en la operación, que el mercenario Enrique Olivares más que atacar a Rajoy lo que pretendía era rescatar los pendrivesque perjudicaban al Partido Popular.

 

 

FUENTE: OKDIARIO