Esa jornada se podría disolver el Parlamento y se evitaría así también una investigación sobre las tarjetas de la Faffe

 

El discurso del enfrentamiento ya se ha asentado entre los socios, hasta ahora, del Parlamento andaluz. Aunque todavía se guardan ciertas distancias —no se entra a la crítica directa contra Juan Marín, líder de la formación naranja en Andalucía— lo cierto es que el PSOE y Ciudadanos transitan por caminos políticos diferentes.

Lo que hasta ahora eran alabanzas mutuas, se están transformando en críticas más o menos duras. Desde el PSOE y la Junta se censura abiertamente a Albert Rivera, mientras que el portavoz de Ciudadanos afeaba ayer públicamente a Susana Díaz que no lo haya informado sobre su postura política tanto en la reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera que se celebra hoy en Madrid, como del listado de peticiones que llevará ante Pedro Sánchez en el encuentro que mantendrá el próximo lunes en La Moncloa.

El portavoz socialista en el Parlamento, Mario Jiménez, defendía las bondades que el acuerdo entre Ciudadanos y el PSOE ha supuesto también para la formación naranja, «Rivera está desenfocado desde la moción de censura en España. Se ha producido una radicalización de derechas en su discurso que le lleva a cuestionar todo lo que se ha estado construyendo por parte de Ciudadanos en Andalucía sobre la base de la estabilidad. Viene a impugnar esa estabilidad que ha sido beneficiosa para los andaluces y para Ciudadanos, como reflejan las encuestas».

En este escenario, el escándalo de las tarjetas opacas de la Faffe se ha colado de forma determinante. El PP quiere una comisión de investigación sobre un asunto que irrita sobremanera en el PSOE que ha visto cómo quedaban al descubierto sus cartas en este asunto. Los datos muestran que no sólo se gastó dinero público en un prostíbulo sino, además, que el consejero de Empleo lo sabía cuando acudió al Parlamento a dar explicaciones y no desveló esa información.

Por eso, la Mesa del Parlamento, el órgano de gobierno de la Cámara, calificó este miércoles sin ningún voto en contra la propuesta del PP de crear una comisión de investigación para depurar responsabilidades políticas sobre cómo se usaban las tarjetas opacas de la extinta fundación de la Junta. Ahora tendrá que publicarse en el Boletín Oficial del Parlamento de Andalucía y se llevará al próximo Pleno para su constitución definitiva.

Según el calendario oficial del Parlamento, este primer Pleno del próximo período de sesiones —hoy se cierra el curso político con la constitución de la Diputación Permanente— se celebrará el 12 de septiembre, siempre y cuando la presidenta Susana Díaz no decida antes disolver la Cámara y convocar elecciones que serían entre finales de octubre y el primer fin de semana de noviembre. Así, además, habría cumplido su palabra de intentar negociar con Ciudadanos el Presupuestos de 2019.

Esta decisión política supondría enterrar definitivamente la comisión de investigación de la Faffe, un verdadero respiro para el PSOE. Los socialistas defienden que están con la transparencia pero que la comisión de investigación de la formación, «ya trató sobre este asunto con algunas comparecencias del personal de la Faffe». Y eso es cierto aunque no se investigó nada sobre el uso de las tarjetas opacas —mucho menos su gasto en un prostíbulo— porque se ignoraba su existencia.

Además, si se cumple el calendario previsto, durante el mes de noviembre, Manuel Chaves y José Antonio Griñán tendrán que volver a sentarse en el banquillo de los acusados por el caso ERE para sus alegatos finales. Una fotografía nada recomendable durante la campaña electoral.

El 12 de septiembre es una fecha clave para el futuro político de Andalucía por otro motivo tampoco desdeñable. La confluencia entre Podemos e IU, que podría restar votos al PSOE, no tendrá candidato electoral antes de ese día, según han reconocido sus propios dirigentes. Así, Susana Díaz les recortaría una buena parte de su campaña, que ahora está, además, muy dañada por los enfrentamientos entre Pablo Iglesias y Teresa Rodríguez, además del asunto del chalé del dirigente morado en Madrid.

El PP también está en pleno proceso de reconstrucción con su congreso nacional del próximo fin de semana. Juanma Moreno está oficialmente confirmado como candidato a la Junta de Andalucía pero el futuro no está escrito y todavía se desconocen las consecuencias que podría tener una victoria de Pablo Casado en el cartel electoral andaluz. Moreno, y todo su equipo directivo en Andalucía, están con Soraya Sáenz de Santamaría, a la que han apoyado abiertamente. La disolución del Parlamento a primeros de septiembre resta margen a los populares.

 

 

FUENTE: ABC