Algunos han escrito de Pablo Casado que tiene, políticamente hablando, dos “padres”: José María Aznar y Mariano Rajoy.

Incluso se cita un comentario que, por lo visto, circula dentro del partido, para intentar reflejar la coyuntura que afronta hoy el joven líder del PP: “Casado es como ese hijo de divorciados que quiere llevarse bien con los dos padres”. O sea, con Aznar y con Rajoy. Aunque añaden que al que más se parece es al primero.

Si pudiera dar un consejo a Pablo Casado, le diría: Ten mucho cuidado con Aznar.

Ya anteriormente, cuando, en momentos de debilidad, llegó a plantearse la opción de que volviera a la actividad política, asumiendo otra vez el mando del partido, siempre escuché que Aznar tenía, por supuesto, partidarios, pero que a la vez existía internamente un considerable voto de rechazo hacia su persona.

Ocurre que el ex presidente no acaba de tener demasiados amigos en el PP, donde, además, en estos últimos tiempos se le ha visto incluso como un traidor, por sus críticas en público al partido y a su entonces primer dirigente, y presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

En las filas populares no se discute que un viejo líder puede tener opinión propia, e incluso que discrepe de la dirección en momentos concretos. Lo que consideran imperdonable es que esas diferencias las airee a los cuatro vientos cada dos por tres, causando escándalo, daño interno, y castigando la imagen y las opciones electorales del partido.

Desde el exilio de FAES, José María Aznar no se ha cansado estos últimos años de poner en solfa a su partido, las políticas que iba desarrollando en el Gobierno en distintas materias, y arrojando dudas sobre la capacidad y condiciones de su presidente, Mariano Rajoy.

Ha dado la impresión de que se considera poco menos que el creador único y alma del PP, el que conoce las esencias y las defiende, el que sabe lo que hay que hacer, el único con visión política. El único.

Pero no es eso lo malo. Lo peor, como digo, es que lo ha ido proclamando. Aznar ha actuado muchas veces con Rajoy y el resto de dirigentes del PP como un auténtico perdonadovidas.

Así que mi aviso a Pablo Casado es que tenga cuidado con él. Porque se considera el dueño del Partido Popular, y por tanto con derecho a marcar líneas y políticas. Y, si le da opciones, querrá marcarle el paso.

Y estos son otros tiempo. La época de José María Aznar está amortizada. Su figura y su talante son el pasado. Le va a aportar muy poco y, en cambio, le puede quitar mucho.

Casado tiene que hacer su propia historia, sin hipotecas, sin pasado, sin tutelas. Ni de Mariano Rajoy ni de José María Aznar. Y se está vinculando demasiado con el segundo.

 
 

FUENTE: ELCONFIDENCIALDIGITAL