OLFATO. Perdona que te diga, pero una vez más mi enano infiltrado, ese pequeño cabroncete que en todas partes se mete, demuestra tener la pituitaria informativa en forma. Aquí lo dijo y aquí lo ratifica. “Carmina les quiere gobernar. Y Pepe Vélez le sigue la corriente. Porque quiere que le vote la gente. Carmina Fernández les quiere gobernar. Tralará”. Viene canturreándome este intrépido y pequeñajo tribulete que lleva escondido semanas en el despacho de Rafa de Paco pegando la oreja a todo cuanto por allí se cuece, incluidos los bisbiseos de Ricardo y las quinielas de Jordi.

TENSIÓN. El caso es que la dirección socialista tiene decidido el nombre de su nueva lideresa en la Asamblea y solo falta que Pepe Vélez culmine con éxito unas primarias que huelen a mero trámite frente a la compañera Lourdes Repuesto, perdón digo Retuerto, que apenas alcanzó el papel de “sparring” en el supuesto debate celebrado días atrás en la calle Princesa. Una vez acabe la ronda y Vélez alcance la secretaría general, se producirán los cambios. Primeramente en la dirección del grupo socialista en una Asamblea Regional que vive una evidente tensión en las últimas semanas con enfrentamientos dentro y fuera del hemiciclo. Gestos sonrojantes, llamadas de atención, apelaciones a la comisión del diputado, votaciones sin votos, cambios de cromos a última hora (Lucas por Lopo) y una portavocía de Conesa en sus últimos estertores. Los cambios traerán un nombre de mujer a la portavocía socialista. Carmina Fernández, una socialista en vena que conoce el partido en todas sus dimensiones (desde la asesoría hasta la gerencia) y que en los últimos meses ha elevado el tono de sus intervenciones públicas, sabedora, sin duda de la responsabilidad que se le planea. Línea dura frente a la marea pepera.

CARMINA. Y con Carmina, nacida, como un servidor, en Blanca, pero criada y recriada en Cartagena, llegarán algunos cambios, alguno incluso podría afectar a la mesa de la Asamblea donde la vicepresidenta segunda Gloria Alarcón anda con la mosca detrás de la oreja últimamente.

Tampoco es que Pepe Vélez oculte sus planes. En sus mítines, especialmente el que realizó en la Ciudad portuaria se hizo acompañar de Carmina en el atril y en la “foto finish” brazo en alto, puños fuera. Carmina con voz y votos. La fuerza de la nueva lideresa del PSRM en una Cartagena socialista que todavía vive el recuelo de la gestión de Ana Belén Castejón. Porque la ex alcaldesa y sus adeptos, que los sigue teniendo, tenían la esperanza en que la operación retorno de Sánchez con Oscar, Hernando y otros, también llegase a Cartagena. Pero Vélez hasta el momento se ha mostrado inflexible con tal posibilidad. Los “castejones” quieren volver, pero “el tiempo no da para lluvias” que diría aquel genial obispo de la diócesis, Ramón Sanahuja y Marcé.

La tesis de la calle Princesa es que la portavocía parlamentaria de Carmina Fernández será un magnífico rodaje para que en 2023 sea la candidata mejor posicionada al Ayuntamiento de Cartagena. Mujer contra mujer. Carmina versus Noelia. Torres tendrá que conformarse con otro destino. De momento, ya bien que se conforma con un “puestesico” de asesor parlamentario, dicen sus “haters”, aunque por la Asamblea Regional no se le vea el pelo, aseguran.

TERESA. El caso es que al final vino Teresa. La ministra trasvasicida, te digo. Lo mejor de la visita es que nos deja una hoja de ruta. Lo peor es cuan largo nos lo fía. Aquí en esta tierra ya somos expertos en este tipo de cuestiones. Aquel trasvase del Ebro que Zapatero se cepilló pero que Rajoy acabó amortajando en Zaragoza. Aquella Paramount que nos trajo mi apreciado Pedro Alberto Cruz desde sus mapas sin mundo. Ese aeropuerto que no despega quizá porque tiene un director demasiado menor. O ese AVE que nos iba a llegar en 2011 (así lo firmaron un ministerio y cuatro comunidades) y que diez años más tarde, lo seguimos esperando. Así que cuando llega un ministro o ministra a prometer lluvia de millones, qué quieres que te diga, más de uno sacamos el paraguas. No vaya a ser que como en ese dicho tan redicho, nos acaben meando encima

Vélez la recibió en su coche oficial y le anunció otro “Velezkistán” más exigente y reivindicativo para cuando estrene cargo. Miras la acogió en San Esteban aceptando el plan y la asunción de las competencias. En suma, Teresa nos deja trescientos y pico millones para el Mar Menor. Trescientos y pico millones al “ya te veré” en buena parte. Lo positivo es que ha reconocido, hora es, que el Mar Menor es un asunto de Estado y ha asumido, por fin, los deberes de su competencia. Hay, te decía, hoja de ruta. Y hoja de ruta conjunta municipio-comunidad-Estado. Lo peor es el plazo, ya te digo. Y que las declaraciones de la ministra vuelven a dejar entrever una invitación a un cambio productivo a una región, como la nuestra, eminentemente agroindustrial. Y cuando escucha eso Lucas Jiménez se le ponen los pelos como escarpias. Y a Juan Marín, ni te digo.                                                                                                                                        

 

J.A. RUIZ VIVO