MIGUEL HERNÁNDEZ

 

La Comunidad Autónoma  está en la senda de la insostenibilidad económica, o dicho en otras palabras, si habláramos de una empresa, estamos en bancarrota. A pesar de esta situación financiera, los ‘responsables’ que nos dirigen, siguen gastando dinero a manos llenas como si no hubiera un mañana. Lo peor de todo es que la oposición sigue absorta,  unos, pegándose tiros en los pies, otros,  peleándose por ver quien conduce el autobús, el resto pidiendo a Madrid que no les meta en más charcos inútiles.

Si alguien piensa que estoy en contra de que se recupere el poder adquisitivo, o que echen a interinos a la calle, lamento desilusionarles, pero lo que quiero es tener a profesionales que no pongan en duda la sostenibilidad del sistema público. Parece que ya se nos ha olvidado que durante algunos años, las nóminas a final de mes corrían grave riesgo de no ser cobradas, y que muchos ayuntamientos no perecieron gracias a la inyección económica que llegó a través del FLA.

Es urgente, pero sobre todo responsable que alguien comience a poner cerco al disparate que se vive en Hacienda, somos pobres, tenemos una deuda galopante, y lideramos el déficit autonómico, y a pesar de todo esto, nos comportamos como si nada, como si tuviéramos una máquina de hacer billetes de quinientos euros en el patio de Teniente Flomesta.

Los empleados públicos tendríamos que ser los primeros en darnos cuenta de la realidad financiera, no hablo de hacer sacrificios, sino de exigir responsabilidad a los gestores que tenemos. Es difícil pedirle peras al olmo, dice el dicho popular, y con el actual inquilino en San Esteban, es difícil pedir madurez y sobre todo, responsabilidad, no por su edad, sino porque encima se la juega dentro de unos meses y ha decidido tirar la casa por la ventana, si pierde que asuma las consecuencias el que llega, y si gana, ya habrá forma de arreglar el desaguisado. Un auténtico disparate que debería llevar a los agentes sociales, económicos e incluso a los medios de comunicación a poner a la región en estado de alerta financiera.

Seguiré denunciando el abuso de poder que se hace contra algunos funcionarios, pondré el grito en el cielo ante el despropósito de algunas actuaciones en materia de subcontratación, como está ocurriendo estos días en el hospital Morales Meseguer respecto a su mantenimiento, defenderé a los interinos e interinas en su reivindicación, me partiré la cara por los orientadores laborales que siguen mendigando un puesto digno y permanente, y denunciaré las  pésimas políticas activas  de empleo que tiene este gobierno. Defenderé a los compañeros y compañeras de Patrimonio ante los ‘iluminatis’, sacaré a la luz pública el descontrol y el descaro de la Intervención, incluso me quedaré solo defendiendo el despilfarro de la administración y su pésima gestión de su propio patrimonio, gritaré, aunque sea solo, el desmantelamiento de los servicios públicos,  pero todo esto se irá a la mierda si no conseguimos tener un sistema público sostenible, transparente e insisto, responsable.

No quiero un consejero que no mire por la caja de todos, no quiero una hacienda pública que parezca Alí Baba y los 40 asesores, no quiero que me paguen por ir al trabajo, sino por trabajar bien. No quiero seguir habitando una administración que sigue en el siglo XX, y la sociedad viva ya en medio del siglo XXI. No quiero a irresponsables al frente del dinero de todos, quiero a gente responsable, honesta y valiente.

PD.- El otro día fui al Aeropuerto de Corvera. Esperaba encontrar vida inteligente (turísticamente hablando), me imaginaba que aquellos sería una T4 en pequeño,  pero aquello parecía un centro comercial un domingo de los que no abren. Ya solo nos faltaría que la reclamación, que ha sido admitida a trámite, de casi seiscientos millones de euros, la perdamos. Menos mal que el aeropuerto nos iba a salvar de la crisis.