El caso de Cristina Cifuentes no es el primero relacionado con un político y la universidad. De hecho, en estos días ha vuelto a salir a colación, cuatro años después, un asunto casi olvidado, el de la beca de Íñigo Errejón, quien en 2019 será, ironías del destino, el candidato de Podemos a la Comunidad de Madrid.

También se han sembrado dudas sobre la tesis del líder de la oposición, Pedro Sánchez, al igual que sobre los currículums y titulaciones de otros muchos dirigentes de diferentes partidos.

Entre ellos, fueron casos sonados el del ministro de Sanidad con José Luis Rodríguez Zapatero, Bernat Soria, quien afirmó falsamente haber sido sido decano de la Facultad de Medicina de Alicante, cuando en realidad sólo fue vicedecano y, como tal, decano en funciones en algunos momentos puntuales de ausencia del titular.

Del PP a los separatistas

También el del actual líder del PP en Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, quien infló su currículum cuando era Secretario de Estado de servicios sociales e igualdad en el primer Gobierno de Mariano Rajoy. Tras limpiarlo de másters que no eran tales, el líder de los populares andaluces se quedó con un grado en protocolo como única titulación.

Otro caso de currículum falso fue el de la vicepresidenta catalana con Artur Mas, Joana Ortega, quien se atribuyó una licenciatura en psicología que sólo después de desvelarse que no la había terminado, con el consiguiente escándalo en Cataluña. Poco después logró culminarla, compaginando los estudios con su alta responsabilidad, que incluyo la organización de la consulta independentista ilegal del 9 de noviembre de 2014, por la que terminaría siendo imputada junto al propio Mas.

Becas y tesis polémicas

Estas contiendas con las universidades suelen ser procesos duraderos. Si no, que se lo digan a Juan Carlos Monedero. El pasado 1 de febrero, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid daba la razón a la Universidad Complutense y avalaba la resolución en la que se le denegó la compatibilidad para dedicarse a la consultoría política. Monedero solicitó hace ya más de dos años esa compatibilidad para compaginar su labor de profesor con la de consultor.

La denegación de la compatibilidad derivó en la apertura de un expediente a Monedero que se saldó en julio de 2016 con un sanción de seis meses de empleo y sueldo por falta muy grave. Todo ello, a raíz de que en el año 2015 comenzó con la noticia de que su dirigente, Juan Carlos Monedero, había cobrado más de 425.000 euros por contratos de asesoría con los Gobiernos de Bolivia, Venezuela, Ecuador y Nicaragua. Escándalo que acabó con su dimisión, ya que además el fundador de Podemos e íntimo de Pablo Iglesias tuvo que hacer una declaración complementaria al no haber ocultado ese dinero al fisco.

No ha sido el único caso en Podemos. Aunque se habló de la «beca de Errejón», el caso que afectó al ex número dos de Podemos comenzó con un contrato de investigación con la Universidad de Málaga. Entre marzo y diciembre de 2014, cuando ya existía Podemos, Errejón percibió 1.825 euros brutos al mes para realizar el trabajo «La vivienda en Andalucía. Diagnóstico, análisis y propuestas de políticas públicas para la desmercantilización de la vivienda». La polémica se desató al conocerse que el dirigente morado no residía en Málaga y que este contrato así se lo exigía. Además, fue Alberto Montero, también miembro de Podemos, el que le seleccionó para este puesto siendo él el único candidato.

En marzo de 2016, la Universidad de Málaga resolvió en un expediente sancionador que Errejón había cometido dos «faltas disciplinarias», una por no realizar el trabajo de manera presencial y otra por no haber solicitado la compatibilidad para el ejercicio de actividades privadas desarrolladas durante su vigencia. Este asunto no tuvo repercusión judicial ya que el juez archivó la causa abierta por una querella presentada por Manos Limpias en la que acusaban a Errejón de estafa.

La tesis del profesor Pedro Sánchez

La misma polvareda levantó en su día la tesis del actual secretario general del PSOE, Pedro Sánchez. Se trata de la culminación de un doctorado sobre diplomacia económica que el líder socialista, gran defensor de la educación pública, realizó en la universidad privada Camilo José Cela de Madrid y cuyos rumores apuntaban a que había sido ‘ayudado’ en su día por el equipo del ex ministro de Industria y Comercio, Miguel Sebastián.

Algo que fue tachado de «burdas mentiras» por su equipo que siempre dio la misma orientación a los periodistas: «Que la busquen» habida cuenta de que toda tesis es, o debería, pública y publicada.

Pero la de Pedro Sánchez estuvo custodiada «bajo llave» durante dos años en la citada universidad. Y fue precisamente el secretismo lo que disparó las sospechas y críticas en torno a un texto que le hizo doctor cum laude con una nota excesiva según varias fuentes que hablan de un trabajo «modesto» de 342 folios. Pese a todo obtuvo la máxima calificación a pesar de haberle dedicado dos años y nueve meses frente a la media de seis años en este tipo de posgrados.

Nunca se llegó a explicar por qué no existe copia de ella en la base de datos Teseo, un portal que alberga tesis doctorales, y por qué Sánchez sigue sin querer hablar de su tesis, la piedra angular de cualquier carrera de profesor universitario como él.

 

 

 

 

FUENTE: LIBERTADDIGITAL