El BBVA de Francisco González ordenó al comisario Villarejo que investigara la vida privada de Miguel Sebastián y otros altos dirigentes del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero para tratar de volar por los aires la operación de asalto al banco que lanzaron el PSOE y la constructora Sacyr a finales de 2004. Informes elaborados por el agente encubierto revelan que en la llamada operación Trampa, financiada por la segunda entidad de España con al menos 517.600 euros, el agente encubierto indagó en supuestas relaciones sentimentales del entonces jefe de la Oficina Económica de Moncloa y también rastreó o fabricó conversaciones en las que se realizaban comentarios sobre cuestiones íntimas del ministro de Asuntos Exteriores en aquella etapa, Miguel Ángel Moratinos.

El propio Villarejo reconoce en la documentación —a la que ha tenido acceso este diario en una investigación conjunta con ‘Moncloa.com’— que la recopilación de esta información de carácter personal formaba parte de la búsqueda de “aspectos negativos” que le había encargado BBVA sobre los principales implicados en la maniobra de Sacyr para entrar en el consejo de la entidad y desplazar de la presidencia a Francisco González. El propio jefe de Seguridad Corporativa de BBVA, Julio Corrochano, habría pedido a Villarejo que pusiera en marcha más “acciones agresivas” y “desestabilizadoras” para provocar que descarrilaran las maniobras del llamado Grupo Hostil (Luis del Rivero, Juan Abelló, Carlos Arenillas, José Pérez, Pedro Solbes, Fernando Martín y Miguel Sebastián, fundamentalmente) para tomar el control de la entidad, como demuestra una grabacion realizada por el comisario y desvelada ya por este diario.

«Un cubano llamado Iván que trabaja en Chueca»

Según consta en varios de los informes de la operación Trampa, Villarejo informó al BBVA de que Sebastián, que nunca ha ocultado su condición de homosexual, habría tenido contacto “con un cubano llamado Iván que trabaja en un pub de la plaza de Chueca”. El comisario aseguró que esa relación se habría producido al margen de otra más estable. Lo que Villarejo hizo fue suplantar la identidad del supuesto Iván para enviarle “textos de contenido sexual” tanto a Sebastián como a su pareja en ese momento. Para generar aún más tensión, Villarejo anunció a BBVA que en los siguientes días el supuesto Iván remitiría nuevos mensajes a Sebastián amenazándole “con salir a contar a un programa de telebasura la problemática que supone ‘haberse enamorado de un hombre importante’ que ahora, y debido a ello, se esconde y se avergüenza de su amante”.

El comisario trasladó al banco que esta maniobra estaba generando la desestabilización que buscaba González. “Según parece”, escribió Villarejo en el informe, “esta actuación le está provocando [a Sebastián] cierta inseguridad y está empezando a ponerse nervioso. Prueba de ello es que ha encargado muy discretamente al servicio de seguridad de Presidencia que rastree el número desde el que recibe los mensajes y le han confirmado que es una tarjeta de prepago comprada y usada en Chueca”.

En otro punto del mismo informe, Villarejo comunicó al BBVA que esa campaña de acoso a Sebastián también le habría generado a este “tensiones emocionales con su anterior pareja” que, según el comisario, era otro economista vinculado al PSOE que en ese momento ocupaba igualmente un puesto destacado en el organigrama del Gobierno de Zapatero. Además de mandarle mensajes de texto, el comisario también se habría encargado de que recibiera “llamadas de voces masculinas insinuantes a la hora de cenar”, según trasladó al banco.

Las «serpientes venenosas» de Sebastián

Además de la búsqueda de supuesta información sobre la vida privada de Sebastián y otros dirigentes del PSOE, el presunto cabecilla de la operación Tándem también puso en marcha una campaña de “hostigamiento sostenido en foros y medios públicos, amén de circuitos privados de información”, que consistió en la difusión de todo tipo de “bulos” y “rumores” sobre los principales enemigos de Francisco González. “Aunque parece un trabajo soterrado y con escasa relevancia”, escribió Villarejo, “va cumpliendo lenta pero eficazmente su función de acosar, definir, desconcertar, dividir y finalmente dispersar a los miembros que componen el Grupo Hostil”.

En el caso nuevamente de Sebastián, esa campaña de desinformación llevó al comisario a planear la difusión de falsas noticias en su entorno más cercano. “Su obsesión por las plantas y los animales exóticos podría ser también un punto débil, y en base a ello se está organizando una estrategia de alarmar a los vecinos de la calle [se suprime el nombre por motivos de seguridad], alegando que tiene serpientes venenosas sin autorización y en unos recipientes sin las más mínimas medidas de seguridad”, adelantó el agente encubierto a BBVA.

Carlos Arenillas y Miguel Ángel Moratinos

Otros dirigentes del PSOE también fueron blanco de la parte más sucia de la llamada operación Trampa. En ese mismo informe, el comisario reconoció haber hostigado en prensa a Carlos Arenillas, el entonces vicepresidente de la CNMV. “Un rastreo técnico ha confirmado el rumor de que las relaciones con su mujer no son buenas”, escribió Villarejo. Como reveló este diario este martes, Arenillas también habría sido vigilado circulando por las calles de Madrid en coches oficiales del supervisor bursátil. También fue fotografiada la fachada principal de su domicilio familiar.

Asimismo, la documentación de las pesquisas ordenadas por BBVA revela la existencia de al menos una llamada supuestamente intervenida por Villarejo(la veracidad del contenido de la conversación no ha podido ser confirmada, aunque sus protagonistas sí han confirmado la existencia de ese contacto) en la que dos interlocutores relacionados con el Grupo Hostil comentan cuestiones íntimas del entonces ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos. Asimismo, Villarejo aseguró en otros informes que la mujer del dirigente socialista había trabajado para el servicio de inteligencia francés. Moratinos ha asegurado en conversación telefónica que es imposible, que ni siquiera ha hablado nunca con esos dos teóricos miembros del Grupo Hostil, por lo que es imposible que conocieran ningún aspecto de su vida privada, y tampoco es cierto que su mujer haya trabajado para los servicios de espionaje galo.

El jefe de Seguridad de BBVA fue informado

Con todo, esos aspectos forman parte del trabajo encargado por el segundo banco de España al supuesto cabecilla de la operación Tándem. Villarejo y el jefe de Seguridad de la entidad, Julio Corrochano, abordaron esos asuntos en plena operación Trampa, como recoge un audio que fue grabado por el comisario y en el que queda claro que el presidente de la entidad estaba al corriente de todas las acciones contra el Grupo Hostil.

En esa reunión, el agente encubierto confesó al directivo del banco que tanto él como sus colaboradores estaban muy pendientes de los movimientos que estaba haciendo Sebastián. «También estamos mirando lo del mariquita de los cojones», dijo Villarejo al hombre de confianza de Francisco González. El comisario aseguró que él y sus socios se estaban dejando «una pasta» para que «el cabrón» del supuesto novio cubano concediera una entrevista en la televisión. «Vamos a hacer un paripé en un programa a ver qué estaría dispuesto a decir», explicó el policía. «Ahora debe estar muy jodido, es un momento duro», le respondió Corrochano.

«Psicológicamente, a todos les ha jodido el tema y además, como es tan paranoico, está obsesionado con que todavía le están siguiendo», añadió Villarejo, que explicó a su colega que Sebastián estaba «comentando en su entorno que gente del PSOE le está traicionando». «Si no, no era posible que alguien consiguiera pincharle el canuto o seguirlo y tal», justificó Villarejo. «Hay una parte del partido que le quiere echar, en fin, que con esa paranoia está todavía, con lo cual eso viene de puta madre», indicó el comisario, en referencia a que de ese modo habría menos sospechas sobre el hecho de que ellos también estuvieran vigilando a la mano derecha de Zapatero en materia económica.

Villarejo ahondó en el tema del estado anímico de Sebastián también en otros momentos de su conversación. «Coincido con tu apreciación de que el tío estaba medio depre, porque además no tiene buenas relaciones con el novio», subrayó el comisario. «El cubano de los cojones… se lo va a comer el puto cubano», afirmó el comisario. «Lo que está claro es que el tipo tuvo unos meses de pelea con él, eso lo sabe todo el mundo», añadió Villarejo, antes de repasar con Corrochano las anteriores relaciones de Sebastián, algunas calificadas por ambos como «atormentadas», como la que según ambos mantuvo con un exsecretario de Estado.
 
 

FUENTE: ELCONFIDENCIAL