Cuentan que el PSOE ha vuelto a tirar los tejos a Manuela Carmena, y si primero fue el secretario general del partido en Madrid, José Manuel Franco, el que se insinuó y le dijo  a la alcaldesa que sería su candidata perfecta, ahora parece ser el propio Pedro Sánchez el que le ha declarado su amor por teléfono, no ya para atraerla a sus filas sino para convencerla de que vuelva a encabezar la lista de Ahora Podemos y evitar así que la derecha se haga con el ayuntamiento.

Puede que la llamada, que casi todos niegan y algunos tildan de protocolaria, haya existido realmente, aunque en principio el contenido que se ha trasladado resulta bastante inverosímil. Ello no ha impedido que muchos de los socialistas madrileños hayan dado crédito a la historia antes de montar en cólera por lo que implica: incapacidad para encontrar un candidato competitivo y resignación a que sean otros los que lideren la hipotética reedición de un gobierno de izquierdas para la capital.

Lo que no es opinable, en cambio, es que a unos meses de las municipales el PSOE sigue sin saber con qué cara llenará sus carteles electorales en Madrid y que Carmena no termina de aclarar si optará a un nuevo mandato, para lo que habría exigido manos libres a la hora de designar a sus colaboradores, condición que de ser aceptada pondría patas arriba los difíciles equilibrios en el gallinero de Ahora Madrid. Hay quien interpreta que la difusión de la conversación con Sánchez tendría como objetivo forzar a Podemos y a IU a comulgar con sus ruedas de molino.

Más fácil que especular con lo que acabará pasando es exponer lo que nunca pasará. El primer gran imposible es que Carmena encabece la lista del PSOE, y no tanto por la negativa de la alcaldesa, que ha presumido de su independencia frente a la contienda partidista y que, en su día, no sólo fue tentada para formar parte de los Gobiernos de Felipe González sino que figuró como asesora del entonces lehendakari Patxi López para la redacción del decreto de reparación a víctimas de abusos policiales. Puede que Carmena se sintiera a gusto entre los socialistas pero para el PSOE no sería sensato intentar siquiera birlarle a Podemos una de las joyas de su corona porque lo que estaría en juego no es el Consistorio madrileño sino la propia estabilidad del Gobierno de Pedro Sánchez.

El segundo gran imposible es la formación de una lista única de izquierdas, idea que esbozó el ya citado Franco a principios de año más como un hospicio para descolocados –exdirigentes de IU y la Izquierda Abierta de Gaspar Llamazares- que como una ‘marea’ que incluyera al PSOE. Nadie que se presiente ganador, como ocurriría si Ahora Podemos ata definitivamente a Carmena como candidata y la izquierda vuelve a sumar más concejales que la derecha, aceptaría ceder protagonismo en esa hipotética e ingobernable alianza. Más probable que la coalición electoral sería el Gobierno de coalición, a expensas de los resultados en la Comunidad de Madrid, donde podría repetirse la fórmula o, en caso de sorpresa, servir de trueque.

Descartados ambos escenarios queda el de la competición directa. El PSOE necesita encontrar un nombre atractivo e incontestable si se llega a unas primarias, aunque durante décadas esta búsqueda se ha limitado a ver cómo las ocurrencias del líder de turno concluían en un sonoro fracaso, con la fuga del candidato una vez abiertas las urnas o con su inmolación, como puede ser el caso si es el secretario general del PSM el que se ve obligado a dar el paso por ausencia de otras alternativas.

Los de Pablo Iglesias necesitan convencer a Carmena y transigir con buena parte de sus exigencias sin que ello implique dinamitar su alborotada confluencia madrileña. Sin Carmena las posibilidades de Ahora Madrid de retener la alcaldía son escasas como lo son los de la izquierda en su conjunto si, finalmente, las circunstancias obligan a presentar candidatos de trámite. Para el PP la batalla de la capital se entiende como la antesala para recuperar la Moncloa y es previsible que encomiende la tarea a la exvicepresidenta Sáenz de Santamaría, que no encontrará mejor sitio para ver pasar el cadáver político de Pablo Casado si las fiebres de su master regalado se lo llevaran por delante. Nunca fue más oportuna la frase que José Luis Cuerda pone en boca de uno de los vecinos de aquel pueblo de Albacete donde transcurre la historia de Amanece que no es poco: “Alcaldesa, todos somos contingentes pero tú eres necesaria”.

 

 

FUENTE: PUBLICO