Inés Arrimadas, la líder de Ciudadanos en Cataluña, irá este fin de semana a Waterloo “para recordarle a Carles Puigdemont que la república no existe y que no es presidente de nada”. Se trata de un acto que ejemplifica el estilo de oposición por el que ha optado la formación naranja en Cataluña y que ha tenido a Arrimadas como elemento central.

Ciudadanos hizo historia en las últimas elecciones catalanas. Con 12 años de historia, el partido nacido en oposición al nacionalismo logró ser la fuerza más votada, con 1.1 millones de votos (el 25,3%) y 36 escaños. Pero fue una victoria agridulce: la aritmética no le permitía a Arrimadas llegar a la Generalitat pese a ser la fuerza más votada.

 

 

La formación naranja siempre se ha refugiado en el hecho aritmético (el independentismo tenía 70 escaños) para justificar su renuncia a la iniciativa para formar Gobierno. El PP, el PSOE, la patronal le pedían a Arrimadas que diera el paso. Además de un intento por desgastarla también estaba la idea de que la líder de la oposición intentara reflejar con un debate, así fuera fustrado, la existencia de una alternativa.

Arrimadas nunca cerró la puerta a esa posibilidad pero no la llevó a cabo. “Plantearemos una alternativa de Gobierno, pero cuando toque”, dijo en una entrevista a este diario, en enero de 2018. La líder tampoco ha intentado momento apartar al president Quim Torra presentando una moción de censura, argumentando que no tiene los votos.

Por lo pronto Ciudadanos se ha dedicado a hacer valer su peso en el Parlament y forzar, eso sí, debates monográficos como el de la situación social en Cataluña o el del “desbloqueo en el Parlament”. Los otros partidos de la oposición le afean que, con su estilo, no busca tanto ofrecer una alternativa como propuestas efectistas.
 
 

FUENTE: ELPAIS