Con todo, es entre los partidarios de las formaciones constitucionalistas donde más se nota ese deseo. Prácticamente todos los votantes de Ciudadanos (99%) y del PSC (96%) creen necesario que se opte por un gobierno cuya prioridad sea restablecer la convivencia. En el otro extremo, aunque también con porcentajes mayoritarios, los votantes de la CUP (58%) y los de Junts per Catalunya o ERC (dos de cada tres) se inclinan por esta fórmula, aunque sin indicar qué partidos deberían formar parte de esta coalición.
Los electores y los partidos catalanes saben que el trabajo que llegará tras las elecciones del 21 de diciembre es volver a poner en marcha un gobierno tras haber sido destituido el que había hasta el 27 de octubre en aplicación del artículo 155 de la Constitución.
La principal novedad de estas elecciones es la gran movilización que se intuye en el bloque constitucionalista. Ello hace que muchos de sus votantes piensen ya en una eventual coalición de Ciudadanos, PSC y Partido Popular. En total defienden esta fórmula de gobierno el 35% de los catalanes, siendo el 100% de los del PP los motivados en este sentido. También apuestan por esta vía el 91% de los votantes de Ciudadanos, mientras que un destacado 60% de votantes del PSC darían apoyo a esta fórmula.
En cualquier caso, la búsqueda de una solución negociada figurará, con fórmulas diversas, tanto en los programas de la nueva marca del PDeCAT, Junts per Catalunya, como de ERC. Y sus votantes avalan mayoritariamente esta vía. Los únicos que se muestran seriamente divididos —al 50%— serían los de la CUP. Todo ello no implica que el independentismo se haya diluido. Pese a caer en intención de voto, un 40% de la población catalana sigue apostando por un gobierno formado por ERC, Junts per Catalunya y la CUP o, en su defecto, por aquellos partidos que quieran seguir adelante con el proceso independentista, sean los que sean (39%).
La última fórmula de gobierno en grado de preferencia sería un tripartido de la izquierda con Esquerra Republicana, el PSC y Catalunya en Comú, el partido referente de Podemos en Cataluña. Apoyarían esta coalición el 32% de los catalanes. Solo la apoyan de forma mayoritaria (85%) los votantes de Catalunya en Comú y apenas despierta interés en un tercio de los votantes socialistas.
Las expectativas de cambio de estrategia son altas. El 56% de los encuestados considera que gobierne quien gobierne la cuestión territorial se intentará resolver mediante el acuerdo. Lo piensan la mayoría de votantes de fuerzas constitucionalistas, pero también los de Esquerra Republicana (54%), el partido favorito para ganar las próximas elecciones. Los partidarios de la plataforma de Carles Puigdemont, Junts per Catalunya, y de la CUP, son menos partidarios de esta vía y solo consideran viable un acuerdo el 42%. Evidencia así el estado de ánimo del independentismo el hecho de que solo los votantes de la CUP crean mayoritariamente (54%) que se intentará seguir con el proceso independentista.
Tras meses de decisiones unilaterales por parte del independentismo, también goza de una amplia aceptación popular un eventual gobierno formado por partidos que se centren en buscar una “solución negociada con el Gobierno de España”. Apuestan por esta fórmula todos los votantes de Catalunya en Comú, cuya propuesta estrella ha sido siempre el referéndum pactado, y también una amplísima mayoría de los votantes de PSC, PP y, en menor medida Ciudadanos (75%).